Tomando un café en el refugio, Alexa platicó a Eren lo sucedido el día anterior.
–Antonio me buscó y aceptó haber hecho todo lo que mi madre dijo. Admitió no ser digno de perdón al haberse portado como el más miserable de los hombres. Buscó a Alí hace algún tiempo pero él dejó claro que nunca permitirá que se le acerque y tratará de respetar su decisión. Dijo que cuando me vio le llamó la atención mi tristeza, que solo deseaba conocerme y no aspiraba a más. Me prometió que se alejaría y no molestaría más. Lo abracé y le pedí que siguiéramos cerca, le confesé que me ha hecho falta, que estoy feliz de tenerlo en mi vida y quiero disfrutarlo. Él lloró y me agradeció. Luego le comenté que en un par de meses me graduaré y un mes después será nuestra boda así que deseo que me acompañe en los dos eventos. Aseguró que nada lo haría faltar.
Eren besó la mano de su prometida.
– ¡Admiro la forma en que estás tomando esta situación!
Alexa había extrañado tanto el poder hablar con su novio y mejor amigo. Dio un sorbo a su café y continuó contándole.
–Más tarde fui a ver a mi madre y hermano para hablar tranquilamente y les expresé mi decisión de seguir cerca de Antonio. Hablé de la graduación y la boda. Les tomó por sorpresa enterarse que estamos a punto de casarnos pues no sabían de nuestra relación. Trataron de convencerme que estoy equivocada al casarme tan pronto pues temen que cometa el mismo error. Después de un rato aceptaron a regañadientes que la decisión es solo mía pero me advirtieron que si ese hombre asiste ellos no irán. Mi mamá dijo que Luis debe representarme pues es mi único padre. Alí refutó que ni Luis ni Antonio sino él, además expresó su asombro al saber que me casaré con el viudo de su jefa. Las cosas no quedaron del todo bien con ellos pero sé que en algún momento se relajarán pues ante todo me aman. Ahora no sé cómo haré para que Antonio me acompañe sin que ellos se sientan incómodos.
–Uff, cuántas complicaciones. No te preocupes, te aseguro que la situación se acomodará sola –dijo Eren–. Mira, la abuela me enseñó que no debo juzgar a mis padres. Cuando tenía 11 años vi por primera vez a mi papá. Llegó, me regaló una bolsa de dulces, me prometió que regresaría al día siguiente y nunca más volvió. Sin embargo si apareciera en este momento le daría un fuerte abrazo y conviviría con él y lo mismo haría con mi madre. Ni siquiera la recuerdo pues era muy pequeño cuando se marchó. Sé que ambos tienen hijos, no los conozco pero son mis hermanos y me encantaría verlos. Si tu madre y hermano no desean perdonar a Antonio no hay algo que puedas hacer más que respetar su decisión. No quiero pensar cuál sería mi reacción si alguien golpeara a mi abuela
–Hijo, me gustaría saber qué opinas con respecto a mi boda. –La mayor preocupación de Alexa era afectar al niño con un cambio tan repentino.
– ¡Mamá, estoy feliz de que te cases, quiero mucho a Eren! Sabes, a pesar de que hace mucho que no sabemos de papá me siento tranquilo.
Ciertamente parecía que a Lucas se lo había tragado la tierra.
Eren y Lucas Jr. portaban elegantes trajes combinados y lucían apuestos en la emotiva ceremonia de graduación. Luis, Nancy, Alí y Tomás se sentaron al lado de ellos y el niño les presentó al futuro esposo de su mamá. El encanto natural de Eren despertó en ellos una simpatía que nunca sintieron hacia Lucas y lo aceptaron de inmediato.
Alexa usaba un vestido color uva que resaltaba su piel blanca y cabello claro, además iba acompañada de un brillo de felicidad que era muy notorio.
Cada tanto buscaba y encontraba la mirada amorosa de Eren quien desde su sitio le transmitía confianza y seguridad.
Apartado y confundiéndose entre la gente estaba Antonio quien se tocó el corazón y levantó la mano hacia Alexa cuando ésta lo miró; ella inclinó la cabeza y sonrieron.
Más tarde celebraron en un prestigioso hotel de la ciudad.
Eren condujo a Alexa a su primer baile juntos en público cuando se solicitó la presencia de los graduados y sus parejas en la pista. El sonido de las dulces notas alegraba el corazón de los presentes haciendo mágico el momento.
Sentado al otro extremo de la familia de Alexa, Antonio la bendijo y se enorgulleció de verla tan diferente a como la conoció.
Las compañeras de clase de Alexa comentaban lo apuesto que era su novio.
– ¡Parece tallado a mano! –dijo una de ellas.
–Escuché que es extranjero, parece europeo. ¡Qué envidia! –agregó otra.
Fueron momentos felices para todos y quedaron plasmados en decenas de fotografías que más adelante ocuparían el álbum de recuerdos de Eren y Alexa.
–Antes que nada quiero agradecerles el que nos reciban en su hogar. Mi nieto y yo estamos aquí para pedir en matrimonio a Alexa –dijo la abuela cuando se encontraban reunidos en la sala de la casa de Nancy y Luis.
–Estoy complacido de ver que en esta ocasión mi hija eligió un buen hombre. Por supuesto que apruebo el matrimonio –respondió Luis.
Nancy dio un codazo a su esposo y se dirigió a los solicitantes.
–También apruebo ésta unión. Desconozco cómo se hicieron novios y se me hace un tanto apresurada la boda pero Alexa es una mujer adulta que toma sus decisiones y merece ser feliz. Ambos estuvieron casados en el pasado y me da gusto que sigan adelante juntos. Te pido que nunca le falles, Eren.