Esta es una historia ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Sin embargo es importante hacer hincapié en las relaciones de dependencia emocional.
Aunque se da en hombres y mujeres es más común en ellas. Todos tenemos a una amiga, familiar, conocida o incluso hemos sido dependientes emocionales. Se trata de personas en las que está muy arraigado el amor romántico y tienden a soportar lo que sea con tal de no perder su relación de pareja.
El miedo de que se termine la relación supera al dolor de vivir situaciones estresantes, recibir maltrato o humillaciones de todo tipo. Esta condición no discrimina clase social, escolaridad, apariencia, éxito profesional o cualquier característica de la persona que es esclava de sí misma.
A veces son patrones repetidos, vacíos que necesitar ser llenados, traumas no sanados, baja autoestima o cualquier otra discapacidad emocional.
La persona dependiente emocional sabe que debe terminar esa relación, es sólo que NO PUEDE. Lo que es obvio para los demás también lo es para ella. A veces lo exterioriza y los consejos ajenos le crean una ilusión de valentía temporal pero al tratar de actuar se auto engaña diciéndose que en algún momento habrá mejoría e inventa pretextos para seguir ahí, ya sean los hijos, los bienes, la culpa, etc.
Estas personas sufren al ser juzgadas. Cuando platican su situación están buscando un bálsamo superficial para sus heridas pero saben bien que lo que desean es seguir ahí, adheridas a esas cadenas que lastiman tanto. Como dice una frase “Amar a quien no te ama es como abrazar un cactus, entre más te aferras más te duele”.
Lamentablemente las o los dependientes emocionales suelen atraer al complemento ideal para que se dé éste intercambio: narcisistas, egoístas, maltratadores pasivos, personas que no saben amar y que están incluso peor que ellas.
El dependiente emocional tiene una enfermedad tipo el alcoholismo o la drogadicción.
Repito, éstas personas no se van porque aunque quisieran NO PUEDEN. Es común escuchar a sus familiares o amigos tildarlas de tontas, masoquistas o incluso comentar lo que harían de estar en su situación para dejar de sufrir ya que para ellos todo está muy claro.
El cambio se dará a su tiempo y a su ritmo. Cuando lo logren descubrirán con asombro que cargaban mil planetas juntos sobre sus hombros y sentirán que flotan de alivio. Es ahí cuando conocerán la verdadera felicidad y quizá puedan algún día tener una relación sana pero es un trabajo individual.
Está en nuestras manos transmitir a las nuevas generaciones que el amor romántico es muy bonito siempre y cuando sea recíproco. Es amar con inteligencia, desde el amor y no desde el miedo. Enseñar que en toda relación de pareja hay factores básicos como el respeto, el apoyo, la atracción, la confianza, la admiración, la convivencia, el sexo y nadie debería aceptar menos que eso.
Gracias
Adriloch
©Todos los derechos reservados. Obra inscrita en el Registro Público de Derechos de Autor bajo el Número de Registro: 03-2023-021609471300-01