CAPÍTULO 2

-Esta noche les presentaré a mi novia. ¿Qué les parece ir a cenar a ese nuevo restaurante del que todos hablan? -invitó ErdoSü a la hora del desayuno.

-Rahui, Cloe y yo no tenemos planes así que aceptamos gustosos. ¿Verdad chicos?

Rahui asintió pues estaba acostumbrado a que su novia tomara la mayoría de las decisiones. Cloe sintió el estómago revuelto aunque en esos días ya se había acostumbrado a la noticia.

Bego era una chica guapísima, alta, elegante, sofisticada y parecía segura de sí misma. ErdoSü se notaba un tanto inquieto ante su presencia y ella daba la sensación de querer estar en otro lugar y tener prisa; su teléfono sonó varias veces y aunque no lo contestó parecía ausente. La conversación durante la cena fue superficial y sin el encanto que solían tener las reuniones de los chicos.

Más tarde, Cloe y Bree comentaron sus impresiones.

–Algo podría estar sucediendo en esa relación pues no parecen felices –opinó Bree.

–Estoy de acuerdo contigo, ErdoSü es otro cuando está ella –coincidió Cloe.

Pasaron seis meses y a pesar de que Bego estaba en la ciudad, ErdoSü siempre estaba disponible para sus amigos dentro y fuera del trabajo. En el baile, él y Cloe estaban ya muy acoplados pues al hacerlo parecían fundirse en una sola persona tal como si uno fuera extensión del otro. Quien los viera pensaría que eran pareja sentimental.

Cloe atesoraba esos momentos en que sus almas se tocaban y continuaba amándolo en silencio pues se había convertido en un imposible.

Sin darse cuenta, ErdoSü, también se fue enamorando de ella; admiraba su paciencia y honestidad, su creatividad y entrega, sus carcajadas contagiosas e incluso su stress ocasional. El baile juntos era el mejor momento de su día. Su relación con Bego estaba desgastada. Él había estado muy entregado pero ella quería algo más: éxito profesional y metas totalmente individuales.

Bego pensaba que el amor podía esperar pues estaba cansada. Deseaba hablar con ErdoSü para terminar la relación pero, ¿qué podía reprocharle a un hombre tan bueno, amoroso y guapísimo? En breve reuniría el valor suficiente para pedirle que pusieran en pausa su relación, que la soltara si en realidad la amaba porque se sentía asfixiada. Le anunciaría que se iría pronto. No hubo infidelidad, maltrato o lastimadas, tan sólo quedó estancado el amor en algún punto y era mejor terminar antes de que se perdiera.

ErdoSü por su parte amaba a Bego pero también sentía que la chispa se había ido. Pensaba sentarse a hablar y sugerir hacer algo inmediato para no terminar perdiéndose más. También se sentía enamorado de Cloe. ¿Era eso posible? Pues no sabía a los demás pero a él le estaba sucediendo. Cuando pensaba en ella se le hacía una sonrisota de oreja a oreja. Si pensaba en Bego sentía ansiedad.

Mientras comía con Bego ese domingo y tarareaba en su mente la melodía del baile que estaba ensayando, ErdoSü derramó accidentalmente el vaso de agua en la mesa y el teléfono de su novia, que no paraba de sonar, se mojó y fue a dar al piso en el intento mutuo por salvarlo; el cristal se quebró y ahí empezó todo. La reacción de Bego fue inmediata.

– ¡Mira lo que pasó por tu descuido! –dijo a gritos mientras su semblante se descomponía por el enojo. Entonces soltó la bomba. –Estoy cansada, lo mejor es terminar esta relación que no va a ninguna parte. He deseado decirlo desde hace mucho, te quiero como el mejor de los amigos y probablemente más adelante, después de mucho tiempo, querré volver a estar contigo y tener una familia pero de momento lo único que deseo es estar sola. Eres el mejor de los hombres en todos los aspectos, pero por favor, ya no más.

ErdoSü escuchó en silencio y la dejó desahogarse hasta que se tranquilizó.

–Creo que debemos dar una oportunidad a nuestra relación pues hay mucho para rescatar, te amo y tus cualidades son todo lo que espero de una mujer. Este bache que atravesamos es normal en todas las parejas porque precisamente así es el amor, nunca es una línea recta o algo plano

–Ya expresé lo que siento. No voy continuar con esto. Adiós. –Bego se marchó apresuradamente.