¿Quién sufre más? ¿El que se queda o el que se va? Para el que se queda todo a su alrededor es un recuerdo constante y la mínima cosa o lugar le provoca dolor. El que se va huye de las penas y cree que lo nuevo le ayudará a olvidar, sin embargo pronto descubre que están adheridas a su ser.
ErdoSü sentía que estaba viviendo la vida de otra persona. Evitaba pensar en lo sucedido pues aún no se encontraba preparado para tomar algún camino o luchar. En algún momento llegó a dudar que hubiera vivido esos años felices, quizá todo fue un sueño y siempre había estado solo. No soportaba estar en su casa, trabajaba a medias y vivía a medias. A veces se refugiaba con Bree y Rahui sin hablar, comía poco y apenas dormía. No quería alterar la vida familiar de sus amigos, por eso deambulaba en su moto hasta tarde y luego caía cansado en su jardín.
Rahui hacía doble trabajo en la empresa para compensar la baja actividad de su amigo. Bree se preocupaba por él y lo llenaba de cuidados sin cuestionarlo pero lo convenció de ver a una psicóloga.
La vivienda era grande y fresca. Era un conjunto privado de casas con un área común de amenidades como alberca techada y climatizada, parrilla, juegos, canchas de basquetbol, tenis y fútbol rápido. Cloe quedó a gusto con la elección que había hecho el área que se encargó de rentársela. Le habían comentado que se apoyaron en Ayrton, el líder de proyecto brasileño con quien trabajaría los siguientes meses.
Tendría ocho días para instalarse y realizar sus pendientes antes de incorporarse al trabajo.
Los gemelos quedaron fascinados con el lugar, casi de inmediato pidieron que los llevaran a la alberca donde pasaron horas jugando con otros niños.
Rosario y Cloe ubicaron una escuela cercana con educación bilingüe portugués/inglés. Los niños dominaban el inglés pero desconocían el portugués así que se les complicaría inicialmente pero se acostumbrarían rápido.
Rosario observaba que Cloe seguía con energía pero parecía evadirse, actuaba como si nada hubiera pasado y mostraba una falsa emoción por lo nuevo. No mencionaba a ErdoSü, sin embargo escuchaba sus interminables sollozos al quedarse sola en su recámara por las noches, era un sonido bajito, apenas perceptible que le partía el corazón.
Cuando aún estaban en Pachuca su hermana le había comentado horrorizada que había visto a ErdoSü en un restaurante besándose con una niña.
–Por favor, no repitas esto frente a otras personas –le había pedido–. Es una situación delicada y como sabes mi nuera está embarazada así que no me gustaría que tuviera más disgustos.
Rosario también sufría con la situación de su familia. Por supuesto, no dejaría de amar a su hijo por haber cometido un error pero sentía que en ese momento debía estar cerca de Cloe, le preocupaba su embarazo y sabía que no contaba con el apoyo de una madre o de un padre.
–Sería bueno que tomaras terapia por tu salud emocional y el bienestar de los niños incluyendo al bebé –le sugirió.
Cloe estuvo de acuerdo.
Por las tardes llegaba a visitarlas Luis, el compañero de Cloe en la empresa de Pachuca quien sería su ayudante en el proyecto. Las dos mujeres y los niños lo recibían gustosos pues era una grata compañía con quien podían hablar en su idioma.
ErdoSü no se comunicaba con su familia. Cloe no se comunicaba con ErdoSü. Era como si hubieran hecho un pacto de silencio pues ambos temían escuchar lo que él otro pudiera decir. No habían hablado o aclarado, realmente parecía una pausa cuyo desenlace podría ser cualquiera. El divorcio también había quedado estancado.
–Dime cómo te sientes –pidió la psicóloga a Cloe.
–Al recordar sus palabras, la expresión, incluso la temperatura y olor que había en ese momento, siento que mi alma abandonó su cuerpo y observa la desgracia de alguien más. Todo cambió de un momento a otro y es como si hubiera vivido en una mentira. Si mi esposo que es la persona que tanto amo y en la que más confiaba actuó así, entonces todo en el mundo es falso y he vivido en una burbuja. Ya no podré creer en nada y en nadie, ni siquiera en mi misma. Me gustaría saber cuál fue mi falla, qué me faltó como mujer, amante, esposa o madre, quizá simplemente soy una tonta soñadora inmadura que creó un mundo imaginario.
–Te voy a pedir que hagas un ejercicio, escribe a diario las palabras que te gustaría decir a ErdoSü si lo tuvieras enfrente. Cada vez que algo relacionado con él llegue a tu cabeza plásmalo en un cuaderno.
ErdoSü se sintió confianza con la psicóloga, una mujer que rondaba los 50 años.
–Identifiqué la tentación desde el principio pero decidí continuar. El coqueteo me resultaba agradable, era algo totalmente separado del amor a mi esposa, quizá como un juego. Estoy seguro que si Luisa no hubiera entrado en mi habitación semidesnuda, ese fin de semana me habría retirado del grupo y de ella pues ya lo había logrado por un tiempo. Para un hombre no es fácil rechazar a una mujer que le gusta si la tiene frente a sí desnuda pues se apaga la razón y se encienden los instintos. En todo momento estuve consciente que no podría tener algo serio con la chica. Amo a Cloe, me gusta, la deseo, la admiro, quiero estar con ella hasta el fin de mis días, es la mejor madre y esposa, estar sin ella me hace sentir miserable. Sin embargo no puedo verla a la cara, no le pedí que se quedara y lucháramos para superar esto porque siento que no lo merezco. Cuando hablé de poner una pausa quise decir que era pronto para asimilar lo sucedido, para analizar si fue un error que podría volver a cometer, todo pasó muy rápido. Es como si quisiera que mis actos hubieran ocurrido en un mundo alterno mientras este permanece en pausa. Me escucho como un desequilibrado, lo sé.