–Para poder avanzar debes perdonarte y evitar castigarte. Ya tomaste un tiempo, tal vez sientas que necesitas más pero debes recordar que la vida no espera pues nada permanece estático. Al parecer estás escondido en un refugio emocional, ahí no sucede gran cosa pero tampoco eres feliz. Tarde o temprano deberás enfrentar la realidad, asumir las consecuencias y luchar por lo que quieres –las palabras de la psicóloga resonaban en la cabeza de ErdoSü.
Ayrton visitó a Cloe, estaba sola en casa y lo hizo pasar a la sala.
–Soy bueno escuchando –dijo al percatarse que tenía los ojos húmedos.
Ella no abría su corazón a cualquier persona pero eran ya tan amigos que le platicó todo.
Ayrton se quedó pensativo tratando de analizar lo que escuchaba.
–ErdoSü y yo no hemos hablado después de su confesión, tal vez ya tiene una relación con esa chica, quizá está enamorado. El no saber qué está haciendo me destruye. No es fácil dar vuelta a la página y seguir –agregó Cloe.
–Creo que si conoces a tu esposo tienes las respuestas, nadie cambia de un día para otro. Vamos a caminar –invitó.
Dieron un largo paseo y hablaron de otras cosas.
Ayrton había estado casado una vez pero su matrimonio fue corto, no tenía hijos y deseaba encontrar a una mujer honesta con la que fuera compatible. Estaba preparado para entregarse como no lo había hecho. Era un hombre ameno y divertido. Cloe reía y olvidaba sus problemas al estar con él.
A partir de ese día la confianza entre ellos creció y las caminatas nocturnas se hicieron costumbre.
El 80% del tiempo, Cloe hablaba de ErdoSü. A partir de que le contó su situación se desinhibió y desahogó con él lo que solía callar.
Ayrton escuchó 100 veces la historia que empezaba el día en que ella conoció a ErdoSü hasta el momento en que se separaron.
–Disculpa Ayrton, ya debo haberte aburrido al hablar de lo mismo –decía apenada cuando se daba cuenta.
–No hay problema, saca todo lo que pase por tu cabeza, estoy aquí para escucharte –contestaba él.
Ayrton no pudo evitar enamorarse. Inició como una atracción pero al convivir tanto descubrió en ella las cualidades que siempre admiró en una mujer. De repente se descubría soñando y deseando ser amado por Cloe con esa pasión que profesaba a ErdoSü. Nunca lo habían querido de esa manera. Quizá con él tiempo ella olvidaría a su esposo y...
Rosario los observaba pasar tiempo juntos. Sabía que su nuera amaba a ErdoSü y era difícil que sus sentimientos por Ayrton cambiaran, sin embargo veía con preocupación que él se estaba ilusionando; a diario llegaba con algún presente, flores o algún detalle para los niños. Los gemelos se sentían a gusto con él y lo mencionaban en todo momento.
La señora se dio cuenta que incluso ella estaba feliz de tenerlo en su vida. Parecía como si se hubiera hecho un vacío con la desaparición de ErdoSü y él lo estuviera llenando. Por ese motivo decidió aumentar la frecuencia de las video llamadas, para que su hijo entendiera lo que estaba perdiendo. Creyó que al ver a su bebé en el ultrasonido llegaría lo más pronto posible pero él sencillamente no reaccionaba. Cloe tenía ya 6 meses de embarazo, llevaban 3 viviendo en Brasil y no había el menor cambio. Deseaba hacer algo, pero no sabía qué.
En las pláticas con su papá, los gemelos mencionaban a Ayrton con frecuencia.
–El famoso Ayrton ¿Es un amiguito de los niños? –preguntó ErdoSü a su madre.
–Es el compañero de trabajo de Cloe. Por cierto, está enamorado de ella y viene a casa todos los días. –Rosario enseñó una foto a su hijo–. Es un hombre apuesto y de bonitos sentimientos.
ErdoSü trató de controlar los celos que lo embargaban.
–Esta situación me hace recordar aquella época en la que te fuiste a Finlandia y Gonzalo apareció en la vida de Cloe –continuó la señora–. Ayrton parece otro Gonzalo en versión joven y atractivo, también está loco por ella y como no tiene hijos adora a los tuyos.
ErdoSü marcó a Cloe después de varias horas de reflexión. Le respondía una grabación informándole que el teléfono se encontraba fuera de servicio. Obtuvo el número actualizado y decidió escribirle.
–Lo que más deseo es tu perdón. Me he portado como el peor de los hombres por haberte fallado, por mi silencio y cobardía. No he tenido el valor de escuchar que no me quieres cerca o que dejaste de amarme, por eso me escondo. No merecías algo así. Lo que tuve con esa chica se acabó a las pocas horas, fue un grave error. Perdóname. Dame una oportunidad. Te amo. Dedicaré cada día del resto de mi vida a conquistarte y nunca volveré a fallar. No he estado contigo mientras mi hija crece en tu vientre porque la culpa me atormenta. Déjame estar a tu lado. Bailemos juntos por siempre.
ErdoSü envió el mensaje y anexó lo que había redactado anteriormente por instrucciones de la psicóloga. Incluyó además una canción cuya letra evoca un gran amor al que se le pide otra oportunidad.
Cloe recibió y leyó el mensaje, escuchó la canción y su corazón brincó de felicidad. En ese instante hizo una video llamada a ErdoSü. Éste se conectó de inmediato. Se vieron a los ojos alimentándose de cada detalle del otro y hablaron de cosas triviales.