–Sí, estás estresada. Tú también, Jiheon – miré a ambas amigas –. Relájense, sé que les preocupa su nota, pero se están sobreesforzando. Ya pasaron de año en los primeros lugares, ¿qué más quieren? No es que vayan a perder su beca.
Ellas asintieron en silencio.
–Wonyoung, aunque seas la menor, eres el ejemplo perfecto para tu hermano. Debería aprender más de ti – asentí ante lo que yo misma dije.
La chica de cabellos largos marrones rió. Ella también era simpática como su hermano; ambos eran estudiosos, pero ella no se aprovechaba de su belleza.
–Jiheon, tú no tienes nada más que demostrarle a tus padres. Disfruta tu adolescencia – les sonreí.
–Buenas recomendaciones, "Chi-Con" – se apareció Taehyung abrazando a su hermana por la espalda –. ¿También quieres un abrazo, Heonnie?
–Es "Jiheon", y no, gracias – sonrió acomodando su mochila en sus hombros –. Esto... ¿Misuk? – asentí –. Gracias, te recomendaré a mis amigos.
–No, gracias a ti por dejarme escucharte – junté mis manos en gratitud.
Ambas chicas sonrieron.
–¡Adiós! – se despidieron y yo les devolví el gesto con la mano.
–¿Viste? No te pateó – puse mis manos tras mi espalda.
–Lo sé, yo también me sorprendí – me miró rara –. Espero que no la hayas cambiado. Digo, es mi hermanita. La quiero con todo y sus fallas.
Reí.
–¿Sabes? Se parecen en algo, aunque no estoy segura.
–Tenemos un rostro lindo, qué decirte – se cruzó de brazos con su ego al máximo.
–Si Yuqi estuviera ahora mismo aquí diría: "¿Para qué le decimos cumplidos si es obvio que él ya se los repite a sí mismo cada vez que se levanta y se ve al espejo?" – imité la postura que mi amiga habría tomado. Reí –. Lástima que se tuvo que ir temprano. Cierto, gracias por cuidar en la entrada. Los que me piden consejos suelen pedir discreción.
–Es mi hermana y su amiga, por eso te pude ayudar. Aún no entiendo de dónde la gente solo saca confianza en ti y Yuqi – se puso pensativo.
–Ni yo lo sé. Recuerda que esto comenzó por darle un consejo a una pobre chica a la que le rompiste el corazón. Después de eso, ella comenzó a hablarles de mí a todos sus contactos posibles. Ahora estamos aquí.
–De nada.
–Yo sigo triste por la chica, ¿para qué la besas si no le vas a corresponder? – miré a sus ojos.
–Quiero vivir mi adolescencia al máximo. Este año nos graduamos y las cosas que estoy viviendo ahora tal vez no se repitan – bajó la mirada ahora algo serio.
–¿Estás insinuando que Taehyung dejará de ser un playboy una vez acabemos la secundaria? – toqueteé su hombro.
–Quién sabe – sonrió. Luego de unos segundos en silencio, sin hacer nada, volvió a hablar –. ¿Nos vamos? Ya no creo que haya nadie en la escuela. Al menos no mucha gente.
–Ok – comencé a avanzar – quiero ir al baño. ¿Vas yendo a tu casa?
–Te espero, no hay prisa.
–Ya vengo.
Entré a los servicios. Una vez acabé de hacer mis necesidades, fui al lavadero a asearme un poco. Mientras lavaba mis manos, pude ver a dos chicas atrás mío cuchicheando. Parecieron no darme importancia y salieron inmediatamente del baño.
Bien, esto me huele como a que debo salir ya y cuidar de ellas dos del lobito allá fuera.
Sequé mis manos en mi corto cabello y pues... ya era tarde. El de ojos chocolate tenía sus labios presionando sobre la rubia y la amiga de esta miraba sonrojada. Taehyung comenzó a mover sus labios más rápido; me metí al centro, empujando su pecho para hacerme espacio.
–Ya, ya – lo miré molesta – déjala – miré un poco hacia atrás –. Anda, corre.
Ninguna de las dos me hizo caso. Taehyung se giró y besó a la azabache en la mejilla.
–Adiós – tomó marcha.
Me volví hacia las chicas tras de mí y copié la acción. Creí que estarían más agradecidas, pero me miraban feo.
Caminé hacia la entrada a la escuela. Una vez estaba fuera, vi a Taehyung como a unos metros. Lo mismo de ayer se repitió: yo dando saltitos mientras tarareaba mi canción favorita, logrando alcanzarlo lentamente y el chico sonriendo levemente ante mi actuar.
Cuando llegamos a nuestro vecindario, recordé algo. Comencé a revolver en mi mochila lo más rápido que pude.
–Oye – le detuve – ten. Para Wonyoung y Jiheon – le tendí dos folletos de mis principales seis consejos – Ahí verás qué consejos deben poner en práctica.
–Gracias – los guardó doblándolos en su bolsillo de su chaqueta.
Asentí y crucé la pista hacia mi "casa".
–¡Mirae, vecina! – la señora Im, la dueña que alquilaba los otros dos pisos del recinto, me llamó –. Ven aquí, linda.
–Mi nombre es Misuk – le sonreí acercándome.
–Lo sé, Mirae. Yeon es un bonito apellido.
No podía culparla, la edad le ganaba.
–Bueno, cielo – me puso una bolsa en la mano – Vino un chico muy apuesto esta tarde, creo que se llamaba Jaemin – reí ante eso –. Me dijo que te diera esto.
–Gracias – sostuve la bolsa con mis dos manos.
–Eso era todo, nos vemos – me regaló una sonrisa y entró a su piso.
Yo hice lo mismo. Una vez dentro, abrí la encomienda con mi corazón latiendo anticipado. Quisiera que eso no pasara, él tiene pareja y yo estoy aquí emocionándome por esto.
"Misuk~ ¡Soy yo, Jimin! Acá te envío un poco de postre que sobró durante el turno de tarde, recomendación de Soojin. Se ve delicioso, ¿cierto?
No olvides que no puedes faltar hoy (aunque nunca has faltado), nos van a pagar lo del mes. Te dejo un dibujo todo amorfo, créditos a mi Jinnie.
¡Nos vemos!
PD: Le dije a la señora Im que te llamabas Mirae. No me mates."
Me tiré al suelo a reírme, como diría Yuqi, como una retrasada. Limpié las lágrimas de mis ojos debido a la risa. Puse el gracioso dibujo en el refrigerador con ayuda de un imán.
Con una sonrisa, me alisté para el trabajo.
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