—Ha mejorado su tiempo, Kim — felicitó el profesor. Pensó unos momentos antes de dirigir su mirada a Misuk y sonreír —. Muy bien, nuevamente tengo curiosidad. Yang y Kim, a la línea.
Yuqi codeó a su amiga. La otra, en cambio, se quejó. Eso era culpa de Yuqi, y esperaba que al profesor no se le hiciera costumbre hacerlos competir.
Sacudió sus pantalones y se puso en pie. Mientras caminaba a la línea, Misuk podía escuchar los cuchicheos ya comunes.
"La parejita va a competir. Seguro y deciden empatar al final".
Lo que no sabían era que ninguno de ellos estaba dispuesto a ser considerado con el otro, una competencia era una competencia.
—Hagamos esto, Mimi — dijo Taehyung asegurando sus pasadores.
—¿Mimi?
—Suena lindo y divertido. Más que nada divertido, así que creo que quedaría contigo. ¿Te parece?
Misuk ladeó la cabeza, aunque al final terminó por asentir.
—Bien — el chico estiró sus brazos y se puso en posición —. Veamos quién gana esta vez.
Cuando el profesor tocó el silbato, ambos jóvenes salieron disparados. Nuevamente sus tiempos eran similares; Misuk dudaba de si la táctica de saltar le sería últil esta vez...
Miró de reojo a Taehyung, notando la forma en la que él respiraba para mantener un ritmo constante. Sus ojos se dirigieron a sus labios. De por sí Taehyung tenía unos belfos esponjosos, y eran muy suaves cuando los sentías. Incluso estaban más cuidados que sus propios labios.
Y ella lo sabía porque él ya la había besado.
Sintió su rostro colorearse y sin darse cuenta, enredó sus pies uno con el otro sin poder evitar caerse rodando y raspando su rodilla.
—Tremenda — Yuqi palmeó su propio rostro.
—Señorita Yang — se acercó el profesor.
Al momento en el que Taehyung escuchó el sonido de la caída dejó de correr y se acercó a su novia.
—Te raspaste la rodilla — dijo él señalando con su mentón la herida abierta que sangraba.
—No es nada — se encogió de hombros. Sin embargo, sus palabras no concordaban con sus acciones, pues tuvo dificultades al pararse y su rostro se contrajo en una expresión de dolor. Taehyung la sostuvo del hombro.
—No digas tonterías — regañó a la chica antes de dirigir su mirada al profesor —. ¿Puedo llevarla a enfermería?
El profesor asintió y Taehyung comenzó a caminar suavemente llevando consigo a Misuk, quien caminaba en un solo pie. Flexionar y estirar la otra pierna le dolía por lo abierta que estaba su herida. La de cabellos cortos se sintió sonrojar nuevamente al oír los murmullos y notar la mirada juguetona que le dio su mejor amiga.
Siguieron caminando.
Algo que caracterizaba a Misuk era su gusto por los diferentes aromas. Teniendo a Taehyung así de cerca y analizándolo mejor, podía notar un leve olor a jabón y chocolate.
¿Por qué chocolate?; se preguntó a sí misma.
—Bien, esto no está funcionando — dijo Taehyung de repente sacándola así de su ensoñación. Misuk iba a preguntar cuando entonces él se apartó suavemente de ella y dándole una mirada, terminó por arrodillarse dándole la espalda —. Sube, será más fácil así subir las escaleras.
Asintió suavemente antes de hacer lo que él chico dijo, teniendo cuidado de no chocar su rodilla con el cuerpo del contrario. Una vez se sostuvo, Taehyung se puso en pie y comenzó a caminar.
—¿Ves? Así es mejor — lo escuchó decir. Desde atrás no podía ver su rostro, aunque notó que sus mejillas se alzaban evidenciando así una sonrisa.
—¿Pero no es más difícil para ti? — preguntó suavemente mientras recostaba su cabeza con su nariz rozando los cabellos de la nuca de Taehyung.
—Te duele la rodilla y voy a cuidarte. De lo demás no te preocupes — fue lo único que soltó.
Misuk asintió pese a que el otro no podía ver sus gestos. Nuevamente el olor a jabón y chocolate ingresó a su sistema y la curiosidad le ganó, por lo que olfateó. Taehyung sintió eso y se sobresaltó.
—¿Tienes complejo de perro?
—No es eso — se sonrojó apartándose un poco —. ¿Por qué hueles a chocolate? ¿Es algún tipo de perfume?
—Llegamos.
Taehyung ingresó a la sala de enfermería dejando a Misuk sobre una de las camillas. Al alejarse se estiró y miró a sus alrededores buscando a la enfermera.
—Parece que no está aquí — se encogió de hombros —. Podemos esperarla, aunque no creo que se enoje si agarramos un algodón, desinfectamos tu herida y le ponemos una gasita.
No esperó una respuesta por parte de ella; se limpió las manos con alcohol, agarró una silla, se sentó frente a la chica y comenzó a limpiar la herida.
—Tengo inciensos en mi casa, me ayudan a relajarme — soltó de repente. Misuk iba a preguntar hasta que él continuó hablando —. El de chocolate es mi preferido, me gusta mucho. En las mañanas y en las noches también suelo tomar una taza de chocolate caliente.
—Por eso hueles a chocolate.
—Sí — miró directo a sus ojos — ¿molesta?
Misuk negó.
—No, es agradable. Creo que va contigo.
Taehyung le sonrió y continuó con lo que hacía.
(...)
—Y dijo que era una incompetente, ¿te lo puedes creer? — la rubia se cruzó de brazos y bufó —. ¿Quién se cree esa estúpida? Estaba así de cagarla a piñas. Lamentablemente soy una empleada ejemplar y no había forma que perdiera mi emple... no estás escuchando, ¿verdad? — no hubo respuesta —. ¡Misuk!
La mencionada se sobresaltó y miró rápidamente a Yeri. Esta la veía con el ceño fruncido y sus labios apretados.
—¿Perdón?
—Andas en las nubes últimamente — suspiró recostando su cabeza en su palma izquierda.
La campana de la entrada sonó y la de cabellos largos abrió los ojos sorprendida.
—Creí que ya no habrían más clientes por hoy —soltó Yeri bajito.
—Bienvenido — oyeron decir a Jimin — ¿mesa para uno?
—Oye Misuk, ¿ese no es tu vecino? — preguntó Haechan en un murmullo acercándose a las chicas.
La mencionada giró el rostro encontrándose así con la mirada divertida de Taehyung.