—¿Segura que te sientes bien hoy? — preguntó la de cabellos ondulados con genuina preocupación.
—Sí, no te preocupes — sonrió —. Estoy bien.
—De todas formas me aseguraré de que comas bien, niña — sentenció cruzándose de brazos, haciendo reír a su amiga.
Ambas se encontraban caminando por el pasillo para llegar así a su salón. Taehyung no había podido acompañarlas, pues su equipo tendría práctica temprano.
Misuk aún se sentía avergonzada por su actitud el día anterior, se había mostrado muy vulnerable.
—Soy una idiota.
—No sé a qué viene de repente, pero eso ya se sabía — molestó Yuqi y Misuk se hizo la ofendida.
Misuk abrió la puerta de su aula y apenas puso un pie adentro, sintió agua fría empaparla de cabeza a pies. Las risas de sus compañeros de aula no se hicieron de esperar.
—¡¿Qué diablos?! — Yuqi exclamó poniéndose delante de Misuk, quien comenzó a temblar de frío —. ¿Quién mierda fue? A ver, da la cara.
El salón se sumió en pequeñas risas y algunas caras neutras.
—¿Así que no van a confesar? Bien, lamento que tengan tanta envidia que ella sea novia de Taehyung y ustedes no. Pero él se va a enterar de esto, le voy a decir, esto no se va a quedar as...
—Está bien — dijo Misuk poniendo su mano sobre su hombro, dándole una suave sonrisa — ya déjalo ahí. Por favor, no lo hagas.
—Pero... — su amiga siguió dándole una sonrisa triste y Yuqi suspiró, antes de volver a dar una mirada a su alrededor —. De igual forma, ustedes, todos, tienen prohibido reservar charlas con Misuk. Y si ya habían reservado una, lo lamento. Desde hoy quedan cancelados. Y cualquiera que se ría ahora será saludado por mi puño en su cara.
Dio media vuelta tomando la mano de Misuk y llevándola al baño. Una vez allí cerró la puerta con seguro y sacó de su mochila una ropa de cambio junto a una bufanda.
—Anda y ponte esto.
—¿Por qué traes ropa de cambio al colegio? – preguntó Misuk curiosa mientras tomaba las prendas –. Y muchas gracias...
—A veces después de la escuela salgo por ahí y no hay forma que lo haga con el uniforme. Y de nada — le sonrió —. Cuando salgas ponte debajo del aire de calefacción.
—Bien.
—Y oye... ¿por qué no le quieres decir a Taehyung? — se recostó contra una de las paredes.
Misuk suspiró antes de sonreír.
—No quiero más escándalo...
Y entró a uno de los cubículos a cambiarse.
(...)
—Fue agotador — suspiró Taehyung.
—Estás en muchos clubs.
—Solo en dos, no tendría tiempo para más — dijo él pensando.
Entonces paró de caminar, Misuk también detuvo el paso al notarlo.
—¿Qué ocurre? — preguntó ladeando la cabeza.
—Estaba esperando a que me lo dijeras, pero creo que entonces yo preguntaré — se acercó a ella a paso lento —. ¿Por qué no me dijiste lo que ocurrió en la mañana?
—¿Yuqi... te lo dijo?
—No, me enteré por cuchicheos. Además, es obvio que algo pasó, no estás usando el uniforme — bajó el volumen de su voz, buscando transmitirle tranquilidad —. ¿No deseabas mi ayuda?
—Lo lamento, no quería incomodarte, por eso no te dije — soltó rápidamente con nervios —. Lo siento mucho, te diré a la próxima.
Sintió los dedos de Taehyung alzar su rostro suavemente por el mentón, encontrándose así con sus orbes. No supo si fue por la calidez de sus ojos, o el confortable aroma a chocolate; pero de repente había dejado de sentirse ansiosa. Soltó un suspiro sobre los labios del otro.
—Está bien, jamás me vas a incomodar por algo como eso. De hecho, me gustaría que me dijeras si alguien te molesta así puedo ayudarte — se alejó, ahora sosteniendo sus mejillas y aplastándolas haciéndola reír.
Taehyung le sonrió, ahora comprendía por qué temía y trataría poco a poco de inspirarle más confianza.
—Fueron los del salón, me tiraron agua. Yuqi cree que es porque tienen envidia de lo nuestro... pero no sabemos quién fue.
Taehyung asintió.
—Ya veo... — tomó sus hombros —. Bien, déjamelo a mí.
La chica le dio una pequeña sonrisa antes de volver a bajar la mirada.
—Ya no quiero mentirles ni a Jimin ni a Soojin. Aún menos a Yuqi, pero no sé qué hacer — presionó el agarre en su mochila —. ¿Crees que me odien si se enteran de lo mucho que les he mentido y se alejen?
Taehyung la abrazó.
—No se ven como ese tipo de persona. No conozco mucho a Jimin ni a Soojin, pero a Yuqi sí y puedo asegurarte que no va a odiarte — dio palmaditas sobre su cabeza —. De todas formas... de algo puedes estar segura. No estás ni estarás sola porque al menos a mí no me mientes y no tienes por qué hacerlo, así que no te agobies.
Misuk sonrió devolviéndole el abrazo.
—Además... una vez dejes de amar a Jimin, ya no te sentirás en la necesidad de mentirles y alejarte — presionó más su agarre sobre ella y dijo divertido —. Así que apúrate y enamórate de mí.
Misuk rió y se alejó de él.
Cuando entró a su casa lo hizo con una pequeña sonrisa. Lamentablemente esta se esfumó al ver la casaca de Jimin sobre su cómoda. Sintiendo una presión en su pecho la sostuvo entre sus manos y se deslizó en el suelo con ella.
Claro, no tenía porqué mentirle y de alguna forma lo estaba haciendo.
Abrazó la prenda unos segundos con ojos llorosos y después la dejó a un costado, escondiendo su rostro entre sus piernas y soltando un suspiro.
¿Por qué sentía que todo estaba saliendo mal?
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