Era un día casi tan lluvioso como el de hacía un mes atrás. Esa tarde de invierno donde Taehyung y Misuk iniciaron su relación mediante un trato, era también la misma fecha en la que Jimin y Soojin celebraban su aniversario.
Esta última estaba enojada. Desde siempre había notado cierta actitud por parte de su novio a Misuk, pero supuso que era el cariño que le tenía por su bonita amistad. Ella lo respetaba y adoraba verlos juntos, ambos fueron los primeros en darles la bienvenida al restaurante. También adoraba a la menor. Le gustaba cuidarla, pues personalmente ella misma era muy enfermiza. Lamentablemente no siempre había podido ser cuidada por su hermana mayor; de hecho, a esta nunca le importó.
Quería ser una buena hermana mayor para Misuk.
Soojin se consideraba una buena persona, confiaba mucho en las personas a las que les abría su corazón y estaba dispuesta a dar todo por ellos. Pero ahora estaba muy confundida. Jimin la quería, de eso estaba segura.
Pero tal vez no de la forma en la que él cree.
A veces sentía que Jimin estaba con ella convencido de la pareja perfecta que eran, porque sí, combinaban muy bien. Él era relajado pero divertido, y ella, muy tranquila pero explosiva si se enojaba. Ellos eran el calmante del otro cuando sus emociones los dominaban.
Con Misuk, en cambio, Jimin era diferente. La chica era como aquello que mantenía a Jimin enérgico todo el día. Nunca quiso verlo de otra forma, pero cada vez se convencía más que Jimin creía amar a la persona correcta.
Era de Misuk de quien estaba enamorado.
Había pensado que esa idea era tonta; ahora recaía en que la tonta era ella misma.
Como últimamente, estaba enojada. Salió del restaurante incluso sin despedirse, eso hasta que vio la fecha.
Cumplimos un mes más.
Presionó sus manos en dos puños y respiró hondo. Se dijo a sí misma que no quería dejar las cosas así al menos ese día.
Quería conversar con él y solucionar las cosas.
No estaba segura de los sentimientos de Jimin, pero si algo podía asegurar, era que ella lo amaba de los pies a la cabeza; con sus virtudes y defectos.
Porque Jimin era aquel chico con el que siempre había soñado.
Caminó a toda prisa de vuelta al restaurante con el corazón en la boca, emocionada de poder abrazarlo y decirle que lo amaba, y no quería estar en esos términos con él.
Se sorprendió al ver al novio de Misuk allí, mirando por la vitrina, con una gran caja en manos. Iba a preguntarle, hasta que dirigió sus orbes hacia el mismo punto al que él miraba. Misuk estaba teniendo una conversación con Jimin, lo que dijo la sorprendió.
Pero aún más lo hizo la acción de su novio.
Y todo decayó.
—Soojin, por favor detente.
Sintió la mano ajena envolverse alrededor de su muñeca y dio media vuelta apartándola y dándole la cara.
—No me toques... —espetó con lágrimas en los ojos.
—No sé por qué lo hice, yo... no sé qué pasa conmigo —trató de explicarle—. Te quiero Soojin, sabes que lo hago. No hay nadie como tú, pero yo...
—Ya basta —interrumpió. Dio un gran respiro y se tragó sus lágrimas—. No estaré enojada contigo, no más; menos con Misuk. Escuché su conversación y ella no hizo nada, tú la besaste y ella te apartó. Aún así, necesito un tiempo. Tengo que asimilar todo esto, Jimin. Y tomaré una decisión.
No dijo más, se marchó y el chico la dejó ir.
Jimin llegó a su casa y cerró la puerta tras su espalda, deslizándose al suelo.
¿Qué me sucede?
Abrazó sus piernas, aterrado de no saber qué es lo que sentía.
Había dañado a tres personas ese día, dos de las cuales eran de las más importantes en su vida.
Misuk se recostó en su cama y frotó sus ojos. Al llegar se aseguró de guardar el pastel con cuidado en la refrigeradora y después se dirigió a su habitación.
Decidió como la Chica Consejos que era, darle un tiempo a Taehyung para pensar. Sabía que él la había visto apartándolo, por lo que era consciente de que Misuk no hizo nada. Aún así, él debía tomar una decisión.
—Yuqi —habló en cuanto la otra contestó la llamada—. Tengo mucho que contarte.
—Bien, hace días que quiero ir al parque de diversiones junto con mi hermano. ¿Vamos los tres? Allí me cuentas mientras el chucky se sube al carrusel.
Misuk rió antes de aceptar.
[...]
—¿No ibas a regresar con ella? Ya hasta había preparado los postres para acompañar el pastel —Wonyoung puchereó.
Taehyung simplemente le dio la espalda y continuó leyendo su libro. Miró a su hermana de manera neutra cuando esta le quitó el objeto de las manos y lo miró analíticamente.
La menor le devolvió el libro dando un suspiro.
—Al menos trata de leer algo de la forma adecuada. Estaba de cabeza —se sentó a su costado. Taehyung no contestó. La menor siguió esperando unos minutos más antes de retomar la palabra—. Bien, veo que no quieres hablar. Está bien —se puso en pie—. No sé lo que haya pasado. Pero ella es buena. No la pierdas por favor... —comenzó a bajar el tono de voz mientras se dirigía a su habitación—. No cometas el mismo error que nuestros padres.
Escuchó la puerta cerrarse y volvió a encerrarse en su habitación. Los malos recuerdos volvieron a su memoria y cerró los ojos con fuerza.
¿En serio quería cometer los mismos errores?
Miró a su alrededor, recordando aquella vez en la que Misuk y él se encontraron cuando querían beber agua, y terminaron besándose hasta altas horas de la noche.
Sus mejillas se colorearon y negó buscando centrarse en el punto inicial.
Estaba demasiado colado por ella. ¿Iba a dejarla ir?
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