primer vexilo

Aquí es donde se encuentra, aquel que con amplia bizarrees intento jugar con los dos filos de un estilete, intentando salir victorioso, pero sin respuesta aún. Fausto yacía flotante en aquel espacio vacío sin sonido alguno, ni siquiera se percibía el ruido que el propio fausto con esfuerzo de sus ya gastados pulmones intentaba producir en vano, pero aquello quizás sea la mayor esperanza que podría procurar ya que sus demás sentidos se encontraban igual de apagados que sus oídos, sin el mínimo tacto de su propia presencia, sin vista alguna más que una profunda nada. Vacío seria la forma simple de describir el lugar donde Fausto se encontraba preso esperando su condena. Con la única compañía de su mente la cual por aquella tortura a los sentidos ya denotaba algunos achaques, y su alma temía por saber si aquella condena en la que se encontraba solo sería el inicio para algo peor… lo peor es algo que martirizaba su mente conociendo de manera más allá que teórica las capacidades que sus verdugos tenían por procurar un incontable dolor.

En aquella larga espera o mejor dicho condena, su mente en una manera exasperada buscaba maneras de sobrevivir aquel estado y como última opción solo que quedo rememorar paso a paso aquella serie de circunstancias que llevaron ante aquel destino.

Ya hace más de 95 años....

Agraciado sea un apellido que le da a su estirpe Meister inician como un simple grupo de maestros en amplias áreas que con eficiencia seca y burocrática, lograron sacar lucro pero no exactamente de su profesión, si no que valiéndose de la estratificación, dividieron los niveles de aprendizaje en numerosas escalas, cada una de ellas con un valor dispendioso, causaba que solo los linajes más acaudalados fueran capaces de pagar su permanencia en aquel instituto ; pero no en vano aquel que consiguiera valerse con tan caro documento que simbolizaba su rango de graduando en Meister, tenía ante la sociedad un numero de posibilidades en las altas estirpes.

Pero aquella sangre que nos llenó de privilegios con el esfuerzo de nuestros primigenios impulsados por la necesidad y la ambición, se diluyo con el paso de las generaciones , dejando de dar pie a la fuerza de conocer más por dar cuna a la comodidad y con ella a la primigenia pereza, pero no aquella que genera abandono de las rutinas, ya que entre los Meister el poco conocimiento no era aceptado, pero, aquella galbana que antes mencione forjo la llave para que entrara la ignorancia a lo desconocido, a aquella de las pocas bendiciones del tiempo, lo nuevo.

La crianza entre los Meister con lleva una opresión constante de libros, los cuales son el principal si no que el único ornamento de todas las habitaciones, todas con diversas estanterías llenas de textos variados. La adquisición de conocimiento desde las edades tempranas era el método de crianza utilizado. Poco ortodoxo, pero con resultados. Debido a ello la niñez de Fausto siempre tenía el peso de un libro nuevo cada día, como la añeja tradición obligaba.

El tiempo persiguió su cauce y donde Fausto ya tenía 16 años de edad, al momento de tomar un descanso en el suelo marmoleado de su estancia, nació de su pensamiento una simple aunque osada idea, - ¿y qué sigue?...- En su corta edad aquella fatigosa tradición Meister ya lo había dotado con el conocimiento contenido de la gran mayoría de los libros existentes en su morada. Aquella idea hizo encender en su espíritu una pisca de avaricia del conocimiento, lo que lo incentivo a la aventura de buscar conocimientos y libros más allá de los que le proporcionaba su familia.

Se acumularon más los números en el calendario, ya fausto con 25 años había convertido sus ambiciones en un modo de vida aventurera; lo que tuvo un efecto contradictorio entre sus familiares, ya que aquel chico debió encaminar sus conocimientos hacia una rama del instituto Meister a los 22 años como lo exigía la vieja usanza. En cambio, Fausto se encontraba en total desacuerdo con limitarse únicamente a una única rama. Además, su diverso conocimiento le daba la capacidad de discutir con sus familiares especializados en varias áreas, lo que a simple vista podría considerarse una bendición era contraproducente en el punto en que aquellos llamados conocedores no toleraban ser refutados bajo la estela de conocimientos nuevos, ya que la evolución de sus estudios se detuvo desde que adquirían aquel anhelado título.

Sin darle una real importancia a su familia Fausto continuo sus estudios, con escapes y aventuras, peleas y desdichas; aquella experiencia de búsqueda se hacía tan placentera como el mismo conocimiento que traía como recompensa final.

En una de sus episodios conoció al doctor Fausto, el cual era un reconocidísimo médico del cual sus padres inspiraron su nombre. Era un hombre canoso de contextura corpulenta el cual siempre cargaba un bastón que el mismo había tallado de manera muy torpe. Pero más allá de su apariencia siempre destaco su habilidad y resultados, sus pacientes dieron honor a su fama ya que, al ser repuestos casi mágicamente de su fortaleza de vida, esparcían con premura el nombre del buen doctor Fausto aquel del basto rustico. Con persuasión el joven fausto convenció al doctor para que lo aceptara como observador, que con el tiempo se transformo en asistente, lo que por fin abrió ante aquel chico el secreto del doctor, la ciencia ortodoxa no daba aquellos resultados que tan milagroso se mostraban, era mas bien un practica que aunque existente en el mundo no dejaba de ser mal vista, con todo el tiempo que concedió el aprendizaje del joven nunca pudo conocer el limite de todas aquellas artes en las que era diestro .Con un pensamiento rápido, se notaría el gran potencial que aquel viejo podría procurar, pero dejando en claro que todo talento viene acompañado por sus desventajas. Nuestro mundo consta de una gama prácticamente infinita de artes que podemos resumir como magias; la alquimia, el druidismo, la brujería, la demonología y mas, poseen grupos radicalistas que luchan incansablemente contra su existencia, como también la existencias de rivalidades entre las mismas artes.