Capitulo 1. Pena.
–Circe, por favor, te lo suplico, ¡solo tienes que mandarle un mensaje!,–me grito.
–¡Pero desde tu cuenta!, ¿Sabias que me pueden demandar por robo de identidad?,– mi amiga solo hizo expresión de aburrimiento y fastidio, – además, ¿Porque no simplemente vas y se lo dices en la cara?
–¡Porque me da pena!
–¿¡Y crees que a mi no!?, sabes Pao, no lo haré.
–Ay, por favor, Circe, te lo suplico, es mas, a cambio te invito unos tacos.
¡Dios!, no me cabe la incredulidad en el cuerpo, ¿Tan fácil soy de convencer?,– No Paola, con unos tacos no me vas a hacer claudicar.
–¿Segura?
𖥸
Pues aquí estamos, con el corazón golpeando mi esternón, pero eso si, comiendo unos taquitos al pastor, muy pero muy buenos. Paola no quiere terminar con su novio en persona, y no quiere leer los mensajes de despedida porque cambia rápido de opinión, así que como no se le ocurrió una mejor manera de terminar con su relación me pidió que yo lo terminara por ella, quiero aclarar que no soy el tipo de persona que se prestaría para esto, pero es que a cambio de unos tacos yo solita subo y me cuelgo del pino mas alto. El hambre es cabrona.
Me tarde un poco en armarme de valor, pobrecito. No, pobrecito nada, algo tuvo que pasar para que ella decidiera hacer esto. Pero no soy tan chismosa, –si soy, – como para preguntar o meterme tanto en el tema.
Mando el primer mensaje con un típico "Tenemos que hablar", soy tan original. El chico no tarda tanto en contestarme, y sé que de aquí no van a salir en buenos términos.
Pasan unos diez minutos de puras disculpas, interrogantes y de "vamos a arreglarlo", me siento mal por él, pero ¿Qué puedo hacer?, me entran los nervios una vez mas y necesito a alguien que me de apoyo emocional.
Doy vueltas como loca en mi cuarto esperando la respuesta cuando llega una notificación, salto a mi cama para analizar el mensaje y así poder dar el ultimo golpe. Un precioso KO, pero resulta que no es de quien esperaba.
Hola
21:47 p.m.
¡Dios! ¿Qué hago? ¿Le contesto?
No, no seas tonta, estas aquí para extirpar un corazón, no para socializar.
Hola, oye, no soy Pao, soy una amiga, pero puedes dejarle el
mensaje o esperar a que ella te mande mensaje, ¡Lo siento!
21:48 p.m.
¡Perdónnn! Estoy nerviosa y lo que pienso no lo coordino con mis acciones.
Mientras espero a que conteste sigo con mi labor, pero no es fácil, es un tipo muy aferrado. Llega una notificación de otro chat, gracias a los cinco magnificas, me escapo de la conversación deprimente y salto a una nueva aventura.
¿Qué?
21:53 p.m.
Quedé como estupida con su respuesta, ¿Como que qué?
¿Pues qué de qué?
21:55 p.m.
¿Pues qué güey?
21:55 p.m.
Como veas.
21:56 p.m.
Espera, ya enserio, ¿Eres algún prófugo del
altiplano o eres Paola jugando como siempre?
21:57 p.m.
Me olvide por completo del ahora el ex novio de mi amiga, creo que quedo todo muy claro, así que ni me molesto por ver el ultimo mensaje, lo bloqueo y lo elimino de sus contactos.
– ¡Circe!,– me gritan desde lo que creo, la cocina.
–¡Voy!
Mando el ultimo mensaje, saco captura del contacto, cierro sesión y corro ante el grito de la llorona.
Soy todo lo que quieras que sea.
21:59 p.m.
Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión.
Santiago 1:14