Frances agarró el micrófono con fuerza, los dedos le temblaban ligeramente. Las luces del escenario eran cegadoras como el hierro al rojo vivo, y cada uno de sus movimientos parecía estar expuesto a un microscopio. Respirando hondo, escrutó el escenario en busca de un público lleno y pensó para sí: « Vale, ¿podéis no mostrar ningún miedo hoy, o al menos fingirlo otra vez?
──Esta es nuestra nueva estrategia, cambiar de marca, expandirnos a mercados más jóvenes y reforzar nuestras asociaciones de sostenibilidad. Queremos ser algo más que un producto de lujo, queremos liderar la industria hacia el futuro».
Debería haber respirado aliviada cuando el escenario estalló en aplausos. Pero, de repente, captó la mirada de Alex Carter, y aquellos ojos eran como dos cuchillas afiladas que la atravesaban con indiferencia. Estaba sentado no muy lejos, con el rostro inexpresivo. Probablemente estaba aquí por problemas, ¿verdad?
Efectivamente, levantó la mano durante el turno de preguntas, con voz grave y mordaz:
──Sra. Frances, su plan es muy creativo, pero ¿es realmente factible en un mercado tan competitivo? ¿Puede realmente garantizar que no fracasará?
El escenario estaba tan silencioso que podías oír tu propia respiración. El corazón de Frances latía con fuerza, intenta mirarme raro, ¿verdad? ¿Debería sonreír y ponerle cara yo también? No. Se tranquilizó y respondió con calma:
──Sr. Alex, tiene razón, el mercado está lleno de desafíos. Pero creo que es la innovación la que romperá el molde. No podemos seguir aferrándonos a la «realidad», sólo conseguiremos que nos arrastre el pasado.
Bajó el micrófono y se quedó mirándole un segundo. Un latido después, mira, no estoy nerviosa, estoy firme como una vieja roca.
Los ojos de Alex parpadearon con una sonrisa evasiva y luego recuperaron la compostura. Los aplausos se elevaron gradualmente desde el escenario, más fuertes que antes. ¿Esto es una victoria para mí? Ella lo miró, preguntándose qué estaría tramando.
Alex enarcó una ceja y volvió a su asiento, pensativo.
El corazón de Frances latía más deprisa, no por nerviosismo, sino por una mezcla de emociones. La reacción había sido «seca», pero lo que importaba era lo que ocurriera a continuación. Recorrió la habitación:
──Este es nuestro futuro, nuestro camino para la familia Wilson. Si puedes aceptarlo, quizá podamos trabajar juntos.
Alex no contestó de inmediato, sólo bajó la mirada profundamente pensativo. Al cabo de unos segundos, levantó la vista y una imperceptible sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios:
──¿Colaborar?
──¿Por qué has cambiado de opinión de repente? Se sorprendió un poco, con tono tentativo.
Alex se encogió de hombros, aparentemente sin prisa por dar una respuesta:
──Eres más capaz de lo que pensaba. Hizo un gesto con la comisura de los labios : ──Me gustan los retos.
Frances se quedó paralizada un instante. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿La estaba halagando? ¿O... provocándola? **¿«Como un desafío»? ** Eso sonó un poco raro... joder, ¿qué demonios quería decir?
Respiró hondo y miró de reojo por la ventanilla, con el corazón lleno de preguntas, pero en las comisuras de los labios esbozó una leve sonrisa para ocultar el sentimiento que la atormentaba por dentro:
──Entonces hablaremos de los detalles de la cooperación.
Alex sonrió aún más profundamente, al parecer disfrutando de la sensación de esta batalla de ingenio. Las miradas de los dos hombres se entrelazaron en el aire, como si estuvieran trabajando juntos, pero también como si se estuvieran embarcando en un duelo más intenso.
──Esto no ha hecho más que empezar. Murmuró en voz baja, pensando para sí misma.
Alex Carter, ya fuera enemigo o socio potencial, estaba destinado a ser el mayor desafío al que se enfrentaría a continuación.