CAPITULO 1

Ebano.

El sabor a sangre en mi boca era alarmante. Sus puños habían llegado a mi boca con ira y precisión. Perdí el poco equilibro con el golpe en mi mandíbula, retrocediendo con pasos débiles.

- ¿¡Que pasa Ébano!? - su voz firme y egocéntrica resonó en el sótano oscuro. - Parece que estoy peleando con una niña de 5 años.

Me estabilice levantando mis puños, cubriendo mi rostro. Escupí la sangre que se estaba acumulando en mi boca. El sudor corría por mi frente y todo mi cuerpo estaba húmedo luego de horas entrenando. Con pasos firmes me acerque a su cuerpo preparada para devolver el golpe.

Largue un gancho que con facilidad el esquivo agachándose, técnica que no fue ventajosa al recibir un fuerte golpe en mis costillas, dejándome sin oxígeno por un corto periodo de tiempo. Mi cuerpo doloroso hizo contacto con el frio suelo del ring.

Su risa se escuchaba claramente, había vencido y yo fracasado.

-Vamos hermanita. - estiro su mano que con mala gana recibí, levantándome. - No siempre se gana. - me guiño el ojo con esa sonrisa egocéntrica.

- No es justo que saques provecho a tus ventajas físicas cuando peleas cuerpo a cuerpo. - mi mano estaba llena de sangre al tratar de limpiarme la boca.

- Eres impulsiva, no piensas antes de dar el golpe. - me extendió su botella de agua que aun agotada acepte, limpiándome la boca y las manos. - Ve a cambiarte que tenemos la cena con papa.

Asentí y me despedí de él dándole un ligero y suave beso en la boca. Mi pecho subía y baja, mi ritmo cardiaco estaba alterado y mi cabeza llena de cólera al saber que había fracasado y aquello pudo costarme la vida afuera.

Subí las escaleras sintiendo un gran peso en mi espalda y piernas. Entre a mi habitación y me di un baño. Mi cuerpo se estaba relajando hasta que escuche que abrían la puerta.

-Hable con Evan... - su delicada voz daba paz a mis oídos que se juntaban con el sonido del agua. - Me dijo que te dio una terrible paliza.

-Sí que lo hizo. Aun no puedo controlar mis impulsos Zerrin. - cerré el grifo abriendo la cortina. La mirada de mi hermana seguía en mí, observando con preocupación los hematomas que tenía en la espalda.

-Somos hermanos, aunque no tengamos piedad al pelear entre nosotros... deberían bajar un poco su intensidad. - su suave tacto con mi piel era dulce.

Con la toalla ya envuelta, quede enfrente de ella observando esos ojos celestes que me miraban con tristeza.

-Si nuestro hermano no peleara como lo hace, no tendría que recibir el apodo que se le dio como "Guerrero congelado" - acaricie su mejilla, intentando devolverle el gesto de humanidad que ella me daba. Le di un suave beso en la boca dejándola en el baño.

Busque en mi armario algo sencillo, un vestido azul marino con rayas negras con escote en V no muy provocador, pero con el ajuste perfecto para dejar apreciar mi figura ejercitada.

Zerrin se sentó en mi tocador dejando que las luces led le alumbraran perfectamente su rostro. Tomo mi delineador y empezó a maquillarse sin exagerar y dejando la mayor parte de su cara con su belleza natural.

-Mañana es el gran día hermanita. - larga un suspiro. - Serás la mujer del próximo líder Federovo.

No quito sus ojos del espejo, meditando el peso que tenían esas palabras ahora. "Mujer" "Federovo"

-Es una estrategia adecuada para mantener el poder de nuestra familia. - me miro y coloco mi pelo atrás de mi oreja. - Es una buena decisión.

-Pero no lo quieres, solo lo odias. ¿Por qué sería una buena decisión? - su mirada solo mostraba el vacío que tenía en el interior. - Te mataras a vos misma al hacer todo esto, serás la próxima líder de nuestra familia, con eso es sufí...

-No es suficiente, Ébano. No siempre se tiene que comprometer por amor además... No me pueden volver a matar hermana. - su sonrisa era forzada y cargada de dolor. - Tienes que concentrarte en tu liberación que es en unas semanas. Te enfrentaras contra Vivenka y ella es...

-Extremadamente devota en todo lo que se propone, lo sé.

La puerta se abrió sin previo aviso, apareció el cuerpo de nuestro hermano asomándose por la puerta.

-Van a bajar o esperan que les demos una invitación en bandeja de plata. Muevan su estúpido trasero.

Rodeamos los ojos y bajamos las escaleras dirigiéndonos a la mesa donde estaba nuestra empoderada familia. En la punta de la extensa mesa estaba mi padre, el líder de toda la mafia. A su lado estaban sus tres damas, nuestras madres. Me senté al lado de mi madre, Scarlet pero más conocida en la mafia como Ángel rojo. Sus ojos azules profundos se cruzaron con los míos celestes provocando en su rostro una sonrisa de orgullo.

Enfrente mío estaba la primera dama de nuestro padre, la madre de Zerrin y mía también. Ambas tenían melenas de un dorado que brillaba intensamente bajo la luz de las velas. Y a mí izquierda estaba mi hermano Evan con su traje negro que le quedaba espectacular con su físico recién entrenado.

Compartimos una sonrisa que se desvaneció cuando comenzó a hablar nuestro padre.

-küçük olanlar.

<Pequeños>

Asentimos y tomamos las copas sobre la mesa que tenían un vino bastante costoso. Las alzamos esperando la bendición de nuestro padre.

-Por toda la sangre derramada de nuestros antepasados y los futuros por nuestra mano.

Tomo el primer sorbo mientras todos lo observábamos. Con satisfacción cerro los ojos dejando que sus pupilas gustativas disfrutaras el esquicito sabor del vino. Termina su copa, tomamos nosotros.

-Mañana será un día especial para beneficio que traerás a nuestra familia con tu decisión. Por otro lado... - extendió su mano hacia mi dirección. - en pocos días tendremos la liberación de belleza oscura. Tenemos toda nuestra fe en que lograras tu liberación.

-Dalo por sentado, padre. Daré todo de mi para conseguirlo. Daré honor a nuestro apellido Yilmaz.