Poder Sangriento I

CAPITULO 8

Ébano.

El sonido de la alarma me levanto, todo estaba oscuro aun no amanecía y yo tenía una resaca mortal. Recordaba muy poco lo que había pasado luego de ver a ese gorila con la pelirroja. 

-Levántate, en treinta minutos partimos. - vi como el Mayor Axel buscaba su uniforme solo con boxer. Sin darme cuenta mi cabeza empezó a usar su raciocinio y estaba en su departamento, en su cama con sus sábanas. 

Pero un momento donde todo me empezó a alterar, note que aun tenia el vestido en mi cuerpo. Salí de la cama y busqué mi bolso que estaba tirado.

-La próxima no seré tan generoso con usted, cabo. - terminó de ajustarse las botas y apoyó su brazo sobre su pierna. - Dejaron los trajes en la central,se lo traje. El suyo en el comedor. 

Asentí y fui en busca de él. El dolor de cabeza, el mareo y los pocos recuerdos luego de ver a Keir con la pelirroja eran borrosos. Coloque mi mano en la cabeza intentando calmar el dolor. Busqué con la mirada mi uniforme, lo agarré y me fui al baño del departamento. 

Al levantar mi mirada en el espejo vi mi palidez y las ojeras que tenía.
"Parezco un mapache horrible"
Me lavé la cara, me puse el uniforme e intenté arreglarme con lo que tenía. Básicamente nada. Salí y el aroma del desayuno llegó a mis fosas nasales dejando que largue un suspiro de satisfacción.

-Partimos en diez minutos, mejor que tragues el desayuno. - sonrió mientras dejaba los huevos revueltos en un pequeño plato blanco redondo. -Anoche te vi un poco… Intensa. ¿Sucedió algo que te incomodó?

Me senté en la mesa viendo como acercaba la comida para desayunar, moría de hambre.

-Solo me sentía un poco disgustada con la presencia del teniente coronel, es todo. - le di una sonrisa forzada que ignoro y se sentirá al frente mio.

-Keir es intimidante, pero es un soldado leal cuando lo conoces. Aunque anoche se los veía cercanos.

"¿Qué demonios pasó anoche?"  tome del exprimido intentando ignorar el comentario del sujeto que tenía enfrente.
 Miró su móvil y frunció el ceño confundido. Escribió algo pero su rostro no cambiaba.

-¿Sucede algo, Mayor? - negó con la cabeza y dejó el móvil mirándome.

-Cuando lleguemos a Dubai nos hospedamos en un hotel. Luego tendremos el día libre, quería invitarte a comer. 

-Por supuesto. Pero.. ¿Usted como sabe que nos dejarán el día libre? 

-Tengo mis trucos, soldado. - me guiño y le sonreí, sentí un nerviosismo extraño en el estómago.

Se levantó y agarró su campera de cuero. Guardo las llaves del departamento y se dejó las llaves del auto. Ambos salimos y abordamos el ascensor.

Al llegar a la central, todos estaban subiendo sus pertenencias al avión. Axel se fue a preparar, Micah andaba histérica corriendo por todos lados mientras que los cabos estábamos intentando abrir los ojos y procesar lo que haríamos luego de subir a ese avión.

-Leiva, trae las armas que deje adentro. - me ordenó Micah. - ustedes muévanse e ingresen al avión. - Keysha y Michael obedecieron.

Esta misión me serviría para acercarme más al equipo, probar de que podían confiar en mi. El peso de la perfección estaba en mis hombros. 

Al entrar en la sección de entrenamiento vi las armas que habían solicitado la rubia. Sujete las cinco armas que había pero al girar el brazo fuerte del teniente coronel estaba al lado de mi cintura acorralandome y dejándome inmóvil.

-¿Qué tal, cabo? - su voz era grave y seria. Lo mire a los ojos y seguía sujetando las armas. - Tenemos la charla pendiente de anoche.

-No tenemos nada pendiente, teniente coronel. Tengo que cumplir la orden de mi teniente,con su permiso.

-Denegado. Usted me dirá que hizo con Luigi Moretti. - sus ojos eran claros, estaba furioso y sentía que me comería viva.

-Teníamos una deuda por resolver. 

-No juegues conmigo, soldado. - sacó la mano que sujetaba con fuerza la mesa y la llevo a mi mandíbula. - Estas enfrentandote con un demonio, Leiva.

-No eres el único que viene del infierno, Keir. - aumentó la fuerza en mi mandíbula.

-¡Teniente coronel, de honor al rango que se le fue concedido! - habló una mujer desde la puerta, sacó su mano de mi mandíbula y se alejo de mi pero le siguió dando la espalda.

-Coronel, respeto mi rango.

-Demuestrelo, soldado. - se acercó a nosotros quedando a centímetros del gorila que tenía enfrente. - Tiene que firmar las autorizaciones para la misión. Es una orden.

Sin decir nada, gruño y se alejó. La mujer de enfrente seguía mirándome con seriedad y superioridad.

-Nombre de pila, soldado.

-Leiva Black.

-Soy la coronel de la central, Darcy Fleming. Si quiere obtener mayor rango y crecer en esta central, le sugiero que respete el horario laboral y centrarse en su misión. - se cruzó de brazos y siguió hablándome con dureza. 

-Permiso para retirarme.

-Concedido. - asentí y caminé con las armas en las manos. 

Hubiera deseado vaciar el arma en la cara del gorila gruñón. No me dejaría en paz hasta descubrirse por completo. Había llamado a Luigi antes que llegara Micah,pero estaba segura de que si pisaba un pie fuera de esa cabaña, él y yo terminaríamos muertos.

Le di las armas a uno de los soldados e ingrese al avión, todo el equipo estaba ya sentado, Micah miraba los papeles confirmando cada objeto que subían, Axel ya estaba preparado para elevar el avión. Me acerque a él sentándome al lado.

-Mayor, ¿Dónde iremos a comer? - le sonreí con confianza, tenía cercanía con el general Bristol.

-Se sobre un restaurante excelente. - se colocó los lentes de sol y el comunicador en la oreja. - ¿Tienes una mejor idea?

-No me gusta ir a restaurantes, algo más… - alce los hombros. 

-¿Más privado?- ambos sonreímos pero no llegué a hablar al ser interrumpida por la teniente.

-Mayor,¿Requiere una invitación formal para despegar? - se escuchó de forma burlona y seria



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En el texto hay: drogas, violecia, romance accion

Editado: 28.03.2021

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