A dos pétalos de un te quiero
están mis ganas de seguir.
A dos centímetros de cara al suelo,
la realidad de mi sentir.
Un desayuno de ilusiones
para mi frágil corazón
le prepara con cariño
la bendita decepción.
Tan revuelta esta mi vida
en este caldo sentimental,
pero ella me sonríe
y ya todo me da igual.