Tuve un sueño.
Y en el sueño estaba ella.
Y era ella, más que un sueño,
la realidad que anhelaba.
Y vi sus ojos.
Y en sus ojos vi el mundo.
Y el mundo era en sus ojos
la eternidad de un parpadeo.
Y sentí sus manos.
Y en sus manos sentí el calor.
Y el calor era en sus manos
el océano en un vaso.
Y oí su voz.
Y en su voz oí una promesa.
Y la promesa era en su voz
el sonido de una lagrima.
Era tanto,
Y era todo,
Y era breve,
E imposible.