Recuerdo cuando de niña
me sentaba junto a la ventana,
esperando ilusionada,
que algún día regresaras.
Recuerdo como lloraba
cada noche en mi cama,
porque pasaba otro día
en que tu no llegabas.
Recuerdo,
cada día del padre,
cada cumpleaños sin ti,
toda la falta que me hiciste,
y cuando por fin me rendí.
Dejé de esperar que llegarás,
poco a poco empecé a no extrañarte,
y murió también la ilucion,
la esperanza de volver a abrazarte.
Y ahora que te tengo en frente
no puedo perdonarte,
porque de que tenías una hija
muy tarde te acordaste.