Una mancha en mi alma,
cubre mi cara en lágrimas.
Gritando en silencio,
el juicio que da inicio
a este sacrificio.
¡Que Dios se apiade de nosotros!
Porque aún en la sombra,
mi condena se arrastra sin reposo.
#1991 en Otros
#423 en Relatos cortos
#448 en Joven Adulto
poemas a la vida, poemas variados, vida cotidiana y crecimiento
Editado: 25.09.2025