Camina hacia adelante,
me acerco a la cornisa;
y esta brisa me incita
a caer al suelo con fuerza.
Su sonrisa me provoca
náuseas que sofoca
desde el interior de mi boca.
Paso saliva para quitar lo amargo,
este ardor me hace retroceder otra vez.
A solo un paso estoy,
hacia mi muerte voy.
Y sigue sonriendo,
lo está disfrutando.
Le haré un favor:
me fundiré con el viento,
y que su sonrisa se enfríe
en mi ausencia.
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Editado: 25.09.2025