Cuando el tiempo se detuvo,
un impulso curioso tuvo
su cuerpo agónico.
El reloj yacía roto
sobre el alboroto
armado por los presentes.
El paciente que iba a morir,
empezó a reír.
Cansado de fingir,
decidió dormir.
Mientras él dormía,
los presentes en cólera ardían.
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Editado: 25.10.2025