El pasillo exhala polvo
y estornuda en el acto;
por mucho tiempo solo
ha estado, sin contacto.
La lampara inquieta
tintinea, luces de color;
a su lado, una foto sujeta,
no basta para aliviar su dolor.
El espejo persigue un rostro
oculto en lo oscuro;
y este, se siente celoso
del hermoso reflejo desconocido.
La puerta rechina en cólera,
su pasado aun no supera;
sabe que está cansada,
pesadez de alma privada.
Esta casa tiene vida.
No necesita de nadie más.
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poemas a la vida, poemas varios, vida cotidiana y crecimiento
Editado: 25.10.2025