El humo del té en llamas
que besaba los labios
y acariciaba los libros que se desmoronaban
se sumerge entre la tierra y las flores.
La infancia quedó golpeada en soledad,
la nostalgia acortó la distancia en un abrazo a la noche,
el café reunió los retazos del recuerdo
de una historia escondida en escritos
guardados en los rincones de las paredes
que buscan
reconstrucción.