Me sujeto a tus brazos,
Porque solo en ellos encuentro consuelo,
soledad, dueña de mis desvelos.
Tengo miedo de perderte,
Los desconocidos me aterran,
Pero tú te sabes poseedora
de mis más íntimos secretos.
Nunca me abandones,
No te escondas cuando te llamo,
Solo en ti confío,
soledad, dueña de mis pasiones.
Léeme un poema,
esas líneas doradas que acarician mi pelo,
Cuéntame de tus locuras por las calles de Madrid,
Recuérdame los besos del amante sin nombre,
soledad, me posees, me entrego a ti.
Acaríciame con tu esencia,
En esta noche que duele,
Recuérdame la alegría que tuve al conocerte,
soledad atiende mi llamado,
No sueltes mi mano,
no me abandones entre estos extraños.
***
Déjame saber que le has encontrado sentido a estos versos libres,
Déjame saber a donde te han conducido,
Déjame saberlo en un comentario.