Nos sujetamos a los pecados que gobernamos,
de aquellos donde no hay temor de apasionarnos,
porque en los nuevos podemos extraviarnos.
Solemos creer que es mejor aprender de los errores,
pero es más fácil arrojarnos a sus pies
una y otra vez,
porque incluso eso es seguro,
condescendencias conocidas y piedades olvidadas,
que atrevernos a encontrarnos con incógnitos aciertos.
Nos preguntamos qué esperar si tomamos un rumbo distinto,
El tiempo, la incertidumbre por no saber si es correcto,
Concluimos entonces que es mejor trasnochar por el rumbo desierto,
Que causa dolor y vértigo,
permanecer inmersos en la absolutez de lo malo conocido,
de lo no enmendado por decisión propia,
es mejor eso,
que naufragar en aguas inéditas,
que rectificar culpas nuevas,
que volver a empezar y corrompernos de nuevo.
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Déjame saber que le has encontrado sentido a estos versos libres,
Déjame saber a donde te han conducido,
Déjame saberlo en un comentario.