Poemas

“A la mar”

La voluntad de Dios por grillos tienes,

Y escrita en la arena, ley te humilla;

Y por besarla llegas a la orilla,

Mar obediente, a fuerza de vaivenes.

 

En tu soberbia misma te detienes,

Que humilde eres bastante a resistilla;

A ti misma tu cárcel maravilla,

Rica, por nuestro mal, de nuestros bienes.

 

¿Quién dio al pino y la haya atrevimiento

De ocupar a los peces su morada,

Y al Lino de estorbar el paso al viento?

 

Sin duda el verte presa, encarcelada,

La codicia del oro macilento,

Ira de Dios al hombre encaminada.

(Francisco de Quevedo)

 




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