Y entras una vez mas con el seño fruncido y bronca en tu mirada, otra vez lo que he hecho no ha alcanzado. Me tratas de mugriento cuando sabes que no es mi culpa, me dices negro en forma despectiva y me das la espalda, me ignoras y arde la llama dentro de mi,esa que he apagado. Cierro los puños y empiezo a temblar apretando la mandíbula, casi lo puedo sentir la sensación del primer golpe como se desvanece el miedo al dolor, siento arder cicatrices de viejas batallas. Y recuerdo a mi ángel, esa que me cambio en mundo, que me trajo paz, que aplaca mi fuego; agacho la cabeza y pido perdón, digo que no a pasar otra vez... Veo tu cara de satisfacción, has ganado. Lamentablemente el dinero compra todo hasta mi vida.