El hombre ha buscado la inmortalidad desde el comienzo y la ha buscado de forma incorrecta. Pues no se encuentra en el perdurar del cuerpo, sino en los pensamientos; un cuerpo es frágil, una cáscara prestada que tenemos que devolver a la nada.
Pero los pensamientos son nuestros, un reflejo del alma, la energía de nuestro ser y serán ellos los que dejemos grabados,con el fuego de nuestro espíritu, en el tiempo; nuestros cuerpos morirán, nuestros pensamientos serán eternos.