Si pudiera atrapar la luna
y colgarla en tu ventana,
lo haría sin dudar un segundo,
para que su luz te abrazara.
Si el viento susurra tu nombre,
¿será que también te busca?
Porque hasta el aire que respiro
te ansía en cada brisa pura.
Eres el verso que nunca olvido,
el eco que mi alma recita,
la piel donde escribo mis sueños,
el faro en mis noches perdidas.
No hay distancia que me detenga,
ni tiempo que borre el deseo,
pues mi amor, como el mar y el cielo,
no conoce límites ni miedo.