En el susurro del viento, ahí estás,
como un verso perdido en el mar.
Tus ojos, faroles en la noche,
iluminan caminos que no sabía buscar.
Cada palabra tuya es un eco dulce,
que en mi pecho decide habitar.
Tu risa, un compás de estrellas,
donde mi alma se detiene a soñar.
Eres la pausa en el tiempo infinito,
el latido que no puedo callar.
Eres la tormenta y la calma,
el misterio que quiero abrazar.
Si la luna se cayera del cielo,
la reemplazaría tu mirar.
Porque en ti encuentro el universo,
un amor que no puedo explicar.
Tómame, vida mía, en tus manos,
moldea mi ser con tu andar.
Que cada instante contigo, amor,
es un poema que no deja de rimar.