Bajo el cielo de fuego

Los colores dorados del atardecer
se asomaban por mi ventana,
mientras me ponía mi vestido rojo,
bailando al ritmo de "Ojos marrones",
dejándome llevar por la emoción.

Hoy el amor de mi vida me espera,
y no puedo evitar sonreír al pensarlo.
Cada nota de la canción parecía escrita para este momento,
cada giro frente al espejo era una promesa,
un pequeño latido de felicidad.

La brisa movía mis cabellos,
y el reflejo en el espejo me devolvía una versión de mí
que no veía hace tiempo:
una que cree, que sueña,
que está lista para vivir algo inolvidable.

Hoy compartiremos una tarde que quedará guardada
no solo en mi memoria,
sino en cada latido,
en cada mirada,
en cada pequeño detalle que haga eterno este encuentro.

Vestida de rojo, con el corazón abierto,salí a buscarlo,bajo ese cielo dorado que parecía también esperarlo.