Cada vez que estás cerca
suspiro cuando te veo
y mi alma se deshoja
cuando titubeó.
No quiero perder de vista
las mil primaveras que traes
cuando tus mejillas se sonrojan
ante la excitación imprevista.
Palpo tu piel
mientras mis labios
navegan por tu cuerpo
y, ¡tú lo sabes!,
hasta se estremece el viento.
No quiero dejarte,
no quiero perderte;
lo único que mi mirada anhela
es explorar tu piel canela.