No me conozco, salgo, camino y lloro
Por las desventuras del destino
Y por las aventuras del sentido
Que yacen desconcertantes en el fondo
Vacío y yermo del corazón.
La mente susurra consejos de oro
Inaplicables al motivo genuino
Que inició en su día un sueño mezquino,
Depurando cualquier matiz de sabiondo
De cualquier situación.
Duele cuando no se sabe el devenir
Y más aún cuando zarpa el presente
Y deja en puerto la incertidumbre en la gente
Que siente zozobra del futuro próximo
Solo nosotros podemos responder
A las preguntas y soluciones de lo vivido
Más los demás intenten sustituir nuestra piel
Y mente por los riegos de un buen vino.
Incertidumbre vaga, amarga e insomne
Márchese con los delirios de este hombre
Que siente, observa, ríe y corre
De una tormenta que se vino a flote.
Vendrán días buenos, días grises
Posteriores a estos versos sueltos
Plasmados entre gritos de silencio
Que sabotean instantes que no eliges
Incertidumbre, desvalija tu esperanza
Y entrega tus armas, pues perderás,
Tarde o temprano la batalla.