Percibí como andar errante
Oteaba el empíreo relumbrar sin fulgor
De igual modo al horizonte
Distinguido en la sinuosa prímula
No deslumbraba en absoluto el ente
Como una sombra detrita en la nupcia
Un acceso al vano lapso
Asomado al mutis de su ápice
Desempeñado en su propósito
Más surgió conforme a la jerarquía
Indivisible con la sombra atisbaba la lumbre
Recelar era ente de la ilusión, pues no vacilo la tentación
Sin advertir sus brazos circundar mi torso
Ni la mirada liada a mi cuidado
Cuan ocaso dispuesto a perdurar
Anhelaba aprisionar las mariposas del sembradío
Huir de las infinitas corrientes
Y penetrar el conducto a las llamas ardientes
Lo contemplaba reiteradamente de modo inexplorado
No olvidaste amarme
Más no evocaste mi conmoción
La quimera de la contigüidad se dispersó junto a su moza
Cruzaba el contacto con su esencia olvidada
Desorientada de la salida del laberinto
Puesto que se había fugado de las llamas al lado de la lluvia