Y ahí frente aquel atardecer
cesé la conversación con aquella voz cuestionadora...
Que no me generó más que enojo y desgano.
Un dolor dolor inmenso me golpeó el alma,
Y una fuerza se manifestó
Una fuerza muy profunda
Me vi rota, ensangrentada, desvaneciendome,
Con dolor, angustia y satisfacción...
Sin embargo en medio de la fatiga detuve aquello,
Que no era más que una seducción del mal,
Una fuerza que se apodera de mi cuerpo,
Que se apodera de mi mente,
Ésta influencia mal sana que me conduce
Un ente deprimido
Un ente enfurecido
Un ente que controla mi espíritu
Que maneja mi voluntad,
Un ente que renació de las cenizas
Que vino a robarme el alma.,
A comerme por dentro como un gusano
¡Lo puedo sentir!
Es por eso que soy tan liviana....
Son entes en lucha
Son dos,tres...
No se cuantos son,
Pero he pensado en callarlos
Con un gran golpe en mi cabeza
Un mazo que aplaste sus voces,
Que aniquile sus pensamientos
Que liberen éste cuerpo que han esclavizado,
Que torturan,
¡Que no sé cómo auxiliar!
Editado: 22.08.2019