un domingo cualquiera
con cielo gris
y ruido de una bocina
emitiendo folk rock
los pájaros parecen huir
las nubes parecen huir
a ningún sitio exactamente.
Lo absurdo de esto:
las personas, la vida,
el mar siendo mar en su completa calma.
La habitación esta vacía
al igual que aquí adentro.
No hay un corazón,
y el amor de esa pobre mujer
aun sigue atormentando.
Tarde en la noche, muy tarde
se vuelve a su sillón
se sirve una copa
y contempla sus pensamientos
de tal forma que duele
pero el dolor siempre ha sido una forma de escape
algo hacia lo otro,
como aquello que ya ha dejado de moverse.