Son los zapatos los que guardan memoria cuando marcan el kilometraje de los latidos que son choferes de las aventuras que nos llevamos del nacimiento a la tumba y entre los dos puntos de partida y destino nos llenan de paradas con recuerdos, amor, lágrimas y suspiros
Se preocupaba la lluvia lenta por mojarme de prisa cuando iba al pueblo donde nacieron el verso, la retórica, el símil, la metáfora y la rima, donde la luna guardaba sus pretendientes y jugaban los hombres a la mirada fija con los miles de ojos brillantes llamados luceros o estrellas
No era para menos, una tierra un tanto utópica donde las sonrisas de las bocas que no pude darme el lujo de besar eran el ornamento ideal del camino, donde las tantas musas tornasolaban el marfil de sus piernas con un descarado sol que sin miedo se atrevía a tocarlas
Es normal llamar tierra de los poetas al lugar donde nacieron los padres y hermanos del mundo y del cielo que promete un paraíso, donde la inspiración se regala en frasco en cada esquina y no hay escondite donde evitar enamorarse
Es entendible llamar cuna de poetas a un lugar que se esconde tímido en el norte casi haciéndole competencia al horizonte barnizando con neblina el color de la tarde
No fue malgasto derrochar frases y coplas a las calles que transite sintiéndome enamorado, sintiéndome feliz, sintiéndome en casa, sintiéndome al fin poeta…