Sentimientos alocados.
Sin saber si bien o si van.
Mariposas. ¿Pero qué digo?
Elefantes. Elefantes que bailan sobre mi tripa.
No quiero amor, pero me ha llegado.
Esperas mi lugar, te lo cedo sin palabra.
Quizás con él todo se pueda, pero yo con él no puedo.
Amores que curan amores rotos, cicatrices infinitas en las que cae limón con sal.
Que duele y no se olvida. Que crees que lo supera y va a menos pero solo te acostumbras y convives.
Heridas internas sin cura conocida.
Iría a la Luna con tan de olvidar aquel mes, antes de verano, aquel en el que las cosas se descontrolaron.
Me mentiste, lo acepté. Te mentí, aún no me lo creo.
Cuando te diga la verdad espero, con fe, que no me guardes rencor. Los siento, perdóname, acepta mis disculpas y vete.
Llámame cobarde pero solo quiero vivir en paz.
Me hago la una y soy la otra. Lo que ves no es real, admítelo, te lo confieso. Nada es verdad. Jamás seré como quiero, pero me gusta cómo soy.
Sé feliz, olvídate de mí.
No me recuerdes como aquel lejano amor, que no llegó y antes de empezar ya fracasó.
Las cosas son como son, y si así tuvieron que ser hubo alguna razón.
No culpes al karma, ni al destino o universo. Cúlpame a mí, cobarde, con sentimientos ocultos. Insegura estropeando lo que quizás hubiera sido lo mejor.
En un momento lo creí pero la realidad se me vino encima y la jodí. Te dejé, me aleje. Me fui.
Vete sin remordimiento, me lo merezco. Y hoy veo que si pudiera ir al pasado cambiaría muchas de nuestras cosas, pero no ese momento.
Los anteriores, para que aquel no nos doliera.