Cascanueces
Bellísima y encantadora es la princesa cuando se enamora. Sale corriendo, grita y se emociona; danza en su habitación y escribe cartas, le canta canciones y le dedica poemas a su gran amor en pena.
Santa es su servidumbre, y de su amado no se queja.
Espera paciente en la noche más desoladora a su cascanueces.
Yo espero con ansias a mi cascanueces, pero triste camino por las calles, llamando para que alguien abra una de sus puertas para que yo entre; mis pies están descalzos y lastimados. ¿Está bien esperar a mi cascanueces así?
En la noche más oscura y temerosa llega... llega y me invita cada noche a danzar en las nubes. Caminamos por un bosque encantado y me cuenta que vive en un palacio; me lleva flores mágicas que me hacen sonreír sin complejos, me enseña cómo caminar sobre el mar y a parar la tempestad que hay detrás de mi ventana.
Mi cascanueces todos los días me trae una historia que contar.
¿No es más hermoso el amor eterno que el terrenal?