Oscuridad
Sus pies descalzos colgaban sin poder tocar el suelo. Su piel blanca, iluminada por la luz de la luna, se volvía de un color pálido fantástico; su cabello en ondas se veía más hermoso que nunca. Lo más asombroso eran sus ojos: había lágrimas secas en sus mejillas y otras nuevas bajaban, reemplazando a las anteriores. Su rostro no mostraba ningún gesto y sus ojos estaban clavados en la luna, vacíos.
En ese momento, me di cuenta de que en medio de aquella oscuridad ella se había vuelto una sombra más porque ya conocía su naturaleza. Sin emociones, así era como observaba la luna, como si la oscuridad mirara fijamente la luz. Sin sentir nada, pero sintiendo todo al mismo tiempo.
Porque quizás el negro es la falta de luz, pero su secreto es que… él está compuesto por muchos colores.
Pero aquella niña, sentada en su cama, balanceando sus pies porque no tocaban el suelo, mirando la luna fijamente por su ventana... no lo sabía.