Alas de Angel Herido
Suaves y tiernas plumas, tan blancas, tan puras, pintadas de escarlata, se van tiñendo cada una de sus plumas. Pies descalzos y heridos, canto de sirena que nunca he oído. Suaves caricias para que duerma el niño desvelado, caricias suaves para que duerma la niña.
Niña de ojos café oscuros, que mira todo a su alrededor con ojos saltones; en ella se reflejan las lindas perlas blancas que tiene aquel hombre.
Hombre de cabellera rubia, tan rubia como blanca, sonrisa suave y ligera que a la niña le hace saber que es su padre.
Lindo canto le regala en la noche, mientras ella llora desolada; solo recuerdo un pedazo porque a escondidas escuchaba. Él la tenía en sus brazos y le cantaba, le cantaba un ser mágico.
"Pequeña niña, duerme ya, duerme ya, dame lo que te inquieta y duerme ya, duerme ya. Ángel herido, duerme ya, duerme ya. En tus sueños correremos juntos, duerme ya; en tus sueños te enseñaré aquel lugar, duerme ya. Tus alas de ángel herido yo las voy a restaurar. Duerme ya."