La Coma de la Historia
¿Qué tan importante es explicarte lo que quiero decirte? Y tú me pides una coma en el texto. Mejor te escribo, porque hablarte no sé; las palabras en mi boca se desaparecerían y solamente pondría comas sin poder comunicarte nada.
Tengo que separar las cosas importantes de las que no, y en vez de hablar tanto con personas que no son tú, actuar más para no sufrir más de lo que podría.
Creo que Dios me puso varias pruebas, y cada una de ellas las he fallado. Y tú estás al final, como una coma en uno de mis escritos. ¿Qué haces ahí si yo no te he puesto? ¿Cómo terminaste siendo la coma más importante de mi libro? No lo sé...
No eres un punto y coma, porque no te seguiré escribiendo; no eres tres puntos seguidos porque no te seguiré pensando.
Mejor te convierto en el punto de la primera oración. Lo que puede llegar a ser, pero nunca será, porque habrá solo sido una oración cualquiera del texto, solo una oración de un libro con miles de oraciones.