Príncipe Eleazar
En esta tarde le escribo, mi Señor. Estoy a sus servicios y quería enviarle esta carta. Quería decirle que, en realidad, no soy quien soy y que de usted estoy enamorada.
Cabellos rizados de príncipe encantado, no puedo revelarle mis cabellos dorados.
Mira la luna esta noche; de mí no te acuerdes, pues hoy será su boda. La Señorita Jane lo esperará encantada en el altar, con un gran vestido blanco lo enamorará.
Hoy partiré a casa y quería desearle mis mejores deseos, de que sea feliz como yo quisiera serlo.
Quizás vuelva algún día y esta vez proteja a sus hijos. Ellos me dirán que fue un gran padre y yo les diré que fue un gran hombre.
Para mí hombre de cabellera rizada, no pude ser su amada, pero dejé ir los sentimientos para que no me lastimen con el tiempo.
Haz lo que quieras con esta carta; cuando la leas, ya yo me habré ido y tú te habrás casado. Vive feliz, mi amado; ya yo me tengo que ir a mi reino encantado.