La Mañana siguiente
Siento que tu mirada quema, tus manos recorren mis brazos desnudos; siento mi corazón latir fuerte y tu voz la escucho en un susurro.
Suaves palabras que me desmoronan, suaves caricias que me enamoran.
Siento cómo besas mi cuello y me susurras tus poemas. Lindos escritos me enseñas tratando de enamorarme.
Luz de luna se abre paso entre nuestras almas y tú me miras enamorado, como hipnotizado por el canto de una sirena.
¡Qué lindo momento en el que, tomados de la mano, me acompañas por el desierto!
Tu sonrisa me regalas y yo despierto.
Despierto en mi cama, envuelta en mis sábanas; miro por la ventana y ya es de mañana.
A la mañana siguiente trataré de no soñarte para no acordarme de que tú no me quieres.