Como me haces sentir
Salgo a caminar, y el universo conspira para que tome conciencia de aquellas cosas que jamás percibo cuando tú estás presente.
Te encuentras en la segunda calle, y quizás pudiera correr hacia ti y saludarte; sin embargo, soy consciente de que me mirarías con extrañeza, pues realmente no me conoces.
Mi estómago se contrae; por unos instantes, siento que el aire se escapa de mis pulmones, mientras mi corazón bombea la sangre con una velocidad inusitada, lo que me provoca un profundo temor.
Te miro y me atemoriza.
Me miras y me aterra.
Y entonces me enfado conmigo misma, porque eres mi debilidad; he consentido que lo seas, y quizás sea demasiado ingenua al haberme enamorado de alguien que no me presta atención.
Pero... ¿cuántas personas atraviesan por una experiencia similar?
Ojalá pudiera trasladarme a otra ciudad; no obstante, aun así sentiría dolor, ya que sé que a ti no te importaría.
Así es como logras hacerme sentir: insignificante, diminuta y desagradable. Y aun así, me dices que soy tu amiga.