El amor que nunca fue
Intentas desafiar la marea de un océano colmado de ira contenida, repleto de criaturas salvajes que aguardan tu caída. Considero que nada de ello tiene relevancia cuando estás dispuesto a cruzar ese vasto mar por el mero hecho de que te fascina; no importa si caes, ni si sales herido.
Creo que el océano se percatará de todo en el momento en que te hayas ahogado en sus profundidades. Y no estoy hablando del mar.
Sé que lo darás todo, y aun así, no será realmente recíproco. Sin embargo, comprendo que, si es así, siempre estaremos ahí; no nos importa ahogarnos en un amor que nunca llegó a ser.