Cuerpo en descomposición
Amar podía traerte muchísimas desventajas, y aquel que dijo que de amor no se muere es porque nunca amó de verdad.
Podías seguir respirando y tu corazón haberse detenido por completo; entonces, tu interior deja de funcionar, no como antes.
Se descompone la mente y deja de pensar.
Se descompone el estómago y deja de alimentarse.
Se descomponen los pulmones y dejan de respirar.
Se descompone el riñón y te mantiene en cama.
La sangre se estanca, no circula, y tu cuerpo comienza a descomponerse. Caminas por las calles sin sentido, hablas con las personas perdiéndote en el vacío, y te das cuenta de que están en descomposición, y a nadie le importará eso.
Creo que cuando más amor sentimos es cuando más tenemos la posibilidad de terminar en ese estado, cuando estamos solos sin que nadie nos sostenga. A veces recurres a lo más fácil, pero al final es lo más malo para ti.
Pero muchos, con nuestro amor a cuestas y nuestro cuerpo en descomposición, decidimos ir por el camino más difícil, porque quizás sea muy largo, pero a cada momento recibiremos agua, fortaleciéndonos. Quizás lloremos y rabiaremos del dolor, pero hay un momento preciso en donde recibimos el mejor consuelo.
Yo lo vivo, él lo vive. Muchos lo viven.
Aun así, no me detengo, aunque tenga mi cuerpo en descomposición.