¿Te gusto?
¿Te gusto?
¿Cómo podría afectar tal pregunta?
Considero que he vivido lo suficiente; me declaro cansada de observar el mundo.
Me ahogo. Eso es lo que estoy sintiendo: me estoy ahogando. Lo lamento.
Creo que siempre intentamos escapar de las cosas que nos causan daño, pero en algún momento determinado, no lograremos huir a tiempo.
Me ahogo. ¡No aguanto más! ¿Qué debería responder? Si cuando miro la luna, el cielo está contaminado.
Me enfermo, y desearía poder experimentar un dolor físico en lugar del mental que me consume de rabia. Busco una excusa, una que valga la pena, pero la verdad es que no sé nada y tú me desmantelas.
Soy una pequeña flor, esa que apenas está retoñando; tú eres el niño cruel que me arranca de la planta. ¿Por qué lo haces?
Me estoy ahogando. En serio, por favor.
No encuentro dónde sujetarme ante todo lo que he rechazado.
"Yo puedo sola", me digo a mí misma; pero en realidad, no puedo.
Creo que, sinceramente, ya no puedo más. Lo di todo; soy débil y lo reconozco.
¿Te gusto?
No, no, no me gustas. Para mí, eres como el mejor libro en las librerías. Sabes... eres la tinta en mis palabras carentes de sentido. ¿Qué si son para ti? Sí, son todas tuyas; haz lo que quieras con ellas.
¿Te gusto?
No, cariño, no me gustas. Eres más que eso en mis poemas; un "me gustas" no abarca mis sentimientos; ellos estarían dispuestos a detener balas.
Eres la constelación de Orión para mis ojos, las hojas de un libro viejo que se tratan con delicadeza.
Entiende que no se trata de gustos, sino de lo que realmente siento. Y yo no siento poco; siento mucho. No eres obsesión; eres anhelo y en mi poema, el mejor verso.
Eres la inspiración de un escritor que escribe, sueña y piensa en ti a través de miles de vidas.
¿Te gusto? No.
Para mí, eres las palabras que componen mis versos para dar vida al poema.
Eres tinta derramada en mis manos; no me cansaría de tenerla entre ellas.
Creo que lo verdadero es aquello que se siente, y yo te siento dentro de mí.
Estás en mi mente y en mis palabras.
No me gustas: yo de ti estoy enamorada.
—¡Despierta!
—Lo siento, me había quedado dormida.