¿Quizás, en otra vida?
Aquella vez de luna roja, el cielo lucía espléndido; sin embargo, fue la primera y última ocasión en que la vi. Anhelo volver a contemplarla. Deseo experimentar nuevamente la dulzura de un helado, tal como lo hacía en mi niñez. Quiero sentirme verdaderamente viva, al menos una vez en mi existencia.
No obstante, no me siento plena; tengo la sensación de que simplemente existo por existir, por algo que nunca es mío. Lo que anhelo nunca llega a ser parte de mí.
Contemplo la luna y me recuerdo lo sola que estoy; eres mi curita, pero también el cuchillo que abre la herida. Una herida profunda que se infecta con indiferencia y amor.
Todos llevamos heridas, pero no tantas como las de un escritor.
Deseo experimentar todo aquello que no he vivido y quizás sea demasiado ingenua, porque anhelo vivirlo contigo.
¿Quizás en otra vida?
No lo sé, pero ojalá esa vida estuviera impregnada de amaneceres sin regaños ni mentiras, donde mis lágrimas nocturnas se transformen en sonrisas, y tú estés a mi lado, besándome en la frente, brindándome el refugio seguro que solo existe en tu pecho para mí. Ojalá en esa vida pueda tenerte; entonces, melodías podría componer para ti. Te escribiría más libros en los que describiría cada etapa de la maravillosa persona que eres y cómo me siento afortunada por tenerte.
Pero...
He comenzado a vivir en mi otra vida, y tú no estás en ella.
Recuerda las cosas que desearía volver a ver, por si algún día decides buscarme.