Te observo con el alma
Intenté dejarte atrás, pero me di cuenta de que ahora, al estar en tu vida, tus problemas también son los míos. Y quizás necesites que te repita que iría por ti hasta el infierno y volvería; me condenaría para que tú no fueras condenado.
Eres lo más real y lo más doloroso que eché con rabia a lo profundo del mar.
Quizás necesites que te recuerde que lo esencial no es visible a los ojos y que, cuando yo te miro, descubro al niño sentado solo en una esquina, necesitando amor y atención. Quizás intentes decirme que es mentira, pero esa sería tu máscara para protegerte. De mí no tengas miedo, porque yo solo quiero protegerte.
Estos poemas de amor no correspondido pasaron a ser para un amor que no es lo suficientemente correspondido. Y de ahí, con dolor en mi corazón, pasaron a ser gritos desesperados para tratar de hacerte sonreír a ti, que te has convertido en mi hermano.
Entonces, quizás si alguna lágrima baja por tu mejilla al leer estas palabras sin sentido, comprenderé que las has querido desde el alma.
Pero así son las palabras que salen de mi corazón: desordenadas y sin sentido. Las escribo tratando de darles un orden para que me recuerdes en ellas cada medianoche.
Recuerda que lo esencial no es visible a los ojos. Y yo te observo con el alma.
Nunca se olvida el primer libro que nos marca.