13 de marzo, 2025.
Y la habitación quedó en silencio,
En un silencio tenaz, de esos que se escuchan protestar, un silencio un poco desgarrador se podría pensar, ya que bueno, alguna vez ese silencio lleno la luz de esa inerte y alguna vez viva alma.
Ahora, esa vida que se sentía como cuidar de un niño, uno temeroso, que alguna vez grito y lloro pero que ahora solo se escondía debajo de la fría y tensa luna.
¿Será un caparazón? Pensó en esa misma y ahora desagradable habitación.
Pues quién diría que tendría tales efectos, pensó por un momento, o al menos quiso, que no.
Que no fuera su propio egocentrismo.
La habitación en silencio, de vuelta, como la septima vez en ese minuto, hora y segundo de ese aterrador y perseguidor año.
"Por favor, ¡DI ALGO!" exclamó, pues que triste.
El esposo alguna vez un hombre gentil, ahora parecía un tanto... arrepentido.
Pero bueno, ya no podía pensar como para darse cuenta que existía.
Al menos no siente dolor, pensó o quiso, mientras su mano una vez cálida y tropical, atrapaban a una fría y inerte que como siempre no se resistiría.